San Jerónimo, es conocido como doctor de la Iglesia, fue el traductor de la Sagradas Escrituras desde el Latín. Fue sacerdote, confesor, teólogo, historiador; un célebre estudioso del latín en una época en la que eso implicaba dominar el griego.
San Jerónimo quería que todas las personas pudieran acercarse a la Palabra de Dios. Es por eso que empezó la primera traducción oficial de la Biblia. San Jerónimo murió el 30 de septiembre del año 420. Por eso, cada mes de septiembre, en el que se celebra su fiesta litúrgica, la Iglesia promueve entre los fieles el conocimiento y amor a la Biblia.
Tradicionalmente es considerado como el más sabio de los Padres Latinos, vivió durante un tiempo como ermitaño y luego se hizo sacerdote, sirvió como secretario de Papa Dámaso I y cerca del año 389 estableció un monasterio en Belén. Sus numerosas obras bíblicas, ascéticas, monásticas y teológicas influyeron profundamente en la Edad Media.
El Papa San Dámaso, que era poeta y literato, nombró a San Jerónimo como su secretario, encargado de redactar las cartas que el Pontífice enviaba, y algo más tarde le encomendó un oficio muy importante: hacer la traducción de la Santa Biblia.