San Antonio nos dejó páginas maravillosas sobre la limosna, como ejercicio de la caridad y la solidaridad cristiana. Siguiendo la tradición franciscana, a ese respecto, él nos enseñó a “devolver” a los necesitados lo indispensable.
Milagros
Fray Marcio Matute, párroco de la comunidad San Maximiliano Kolbe en esta capital, sostuvo que, “Los milagros de San Antonio brotan de una coherencia de vida, del amor, de la justicia y la rectitud de costumbres” y al mismo tiempo agrega que “el gran milagro de este hombre de Dios en verdad, fue cambiar el corazón de sus contemporáneos, al introducirse en la vida común de los paduanos, logrando la armonía entre sus habitantes, dando paso a la justicia y la solidaridad”.
Tradición
Por su parte para el padre Carlos Mejía García, fraile franciscano, apunta que la devoción del pan de San Antonio, no es más que una invitación a la solidaridad. Es decir, a compartir el pan material con el necesitado y al mismo tiempo, compartir nuestra fe y nuestra esperanza.
El 13 de junio de 1231, en Padua lo decretaron de inmediato ¡El Santo! Fue uno de los santos cuya canonización no tuvo mayor atraso, y, por tanto, resultando el proceso más ágil de canonización en la historia eclesiástica. Fue elevado a los altares por el Papa Gregorio IX el 30 de mayo de 1232, y proclamado en 1946 Doctor Evangélico por el Papa Pio XII. Cumpliéndose así, la profecía de aquel hermano que lo despidió en Portugal, “ya sé, serás Santo”. Y hasta el día de hoy sigue siendo el santo más amado de manera especial por sus pobres a quien tanto quiso y defendió. En este 2023 se cumplirán 803 años de santidad y milagros. La familia franciscana es la que celebra con júbilo el ingreso a la Orden de San Francisco de Asís, de este que es uno de los santos más conocidos y populares de la Iglesia.
