Tener el habito de la lectura no es fácil pero, aunque no nos guste hay que hacer el esfuerzo por lograrlo, y con mayor razón la lectura espiritual, ya que todo creyente católico que busque alimentar el alma debe de tener en cuenta la lectura religiosa como hábito o costumbre en su vida diaria.
Muchos laicos creen que esta tarea es solo para los religiosos (sacerdotes, monjas, etc.) y todo lo contrario, muchos santos a lo largo de los siglos han recomendado este hábito a toda la Iglesia, como una práctica en la vida devota y un requisito esencial en nuestro camino hacia la santidad.
Leer es un hábito que se cultiva practicándolo y el primer paso es querer hacerlo, Así como es importante escoger lo que vemos, es fundamental, ser cuidadosos con las lecturas que escogemos. San Pablo escribió: «Todo me es lícito; más no todo me conviene» (1 Cor,6).
¿Qué nos dicen los santos y sacerdotes sobre la lectura espiritual?
Para el caso San Bernardo: “La lectura espiritual nos prepara para la oración y para la práctica de las virtudes. La lectura y la oración son las armas con que se vence al demonio y se conquista el cielo.”
San Cipriano: “Permanece en la oración y la lectura; así hablas con Dios, y Dios está contigo.”
San Gregorio Magno “Aplícate, te lo ruego, a meditar cada día las palabras de tu Creador. Aprenderás a conocer el corazón de Dios en las palabras de Dios”.