En la Santa eucaristía de este domingo que se cumple el sexto día de la novena a la Virgen de Suyapa, fue presidida por S.E Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, desde la Basílica de Suyapa, reflexiono sobre el Evangelio de este día donde relata la presentación de Jesús en su propio pueblo de Nazaret.
Los paisanos de Jesús se escandalizan de que Él solo diga las palabras positivas de Isaías y de que no anunciase ninguna venganza contra otros pueblos; según el verbo griego (martyreo) habría que traducir: “Todos se declaraban en contra, extrañados de que mencionasen solo las palabras de gracia que salían de sus labios”.
En la homilía, el Cardenal Rodríguez nos enseña que Jesús en su mensaje de vida, de amor, de libertad es para todos y no se reduce a un pueblo o a una cultura determinada, continua con el evangelio. “Todos en la sinagoga se pusieron furiosos, lo empujaron fuera del pueblo… Sus paisanos ven que Jesús frustra las expectativas del judaísmo oficial y se enojan. Pronto pudo ver Jesús lo que podía esperar de su propio pueblo. Su actuación libre y liberadora resultaba demasiado molesta para sus paisanos. Los nazarenos quieren “ajusticiar a Jesús”.
“Que importante es para nosotros tener presente esta escena de Nazaret, no podemos pretender seguir fielmente a Jesús y los valores del Evangelio sin provocar la crítica, la extrañeza e incluso el rechazo de quienes no están de acuerdo con la vida cristiana, que triste que esto también puede estar presente en nuestra sociedad, a Jesús lo expulsan fuera de su pueblo con intención de despeñarlo. Jesús frustra sus expectativas y hay una reacción de agresividad y de violencia. Hay un intento de linchamiento frustrado. Quieren matarle. Es digno de muerte según la ley, ya que va contra su padre. Y según el Deuteronomio, puede ser ajusticiado. Es la expresión de la violencia. Esta violencia se sigue reproduciendo tristemente en nuestra Honduras” dijo.
“Que importante es este Evangelio ahora en la historia de Honduras cuando se está comenzando una etapa llena de esperanza un nuevo gobierno que debe comenzar con los criterios del amor, la compresión , la unidad” dijo el Cardenal Rodríguez.
El mensaje de los Obispos de la Conferencia Episcopal para la señora presidente está el amor que debe guiar toda acción especialmente en el bien común.
Su Eminencia lamentó que hoy hay muchos que quieren despeñar a otros echarlos fuera con violencia. “Tenemos que desterrar la violencia de nuestra cultura no es lícito matar a nadie tristemente se comienza una etapa con masacres tenemos que llevar el evangelio de la vida llegue a las familias” reflexionó el Cardenal Rodríguez.
Finalmente pidió que en el marco de la novena encomendemos a los nuevos líderes del país.
Homilía IV Domingo del Tiempo Ordinario
