En el día del Señor, se nos recordó en la homilía de Su Eminencia el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez, la importancia de la verdad hoy en día, de igual manera el don del servicio, reconociendo que el amor a Jesús se hace asistencia.
“El que quiere ser el primero, debe estar al servicio de todos”.
Ante las próximas elecciones este es un criterio que nos debe orientar, señaló en su mensaje el arzobispo de Tegucigalpa
“Lamentablemente hay algunos que no entienden cuál es el criterio de una ciudadanía, que no creen cuáles son los verdaderos valores, hay algunos que están promoviendo la violencia, otros que quieren comprar el voto, promoviendo anti valores” resaltó a pocos días de las elecciones generales.
Haciendo referencia a temas como el aborto, temática que también se le consultó al Santo Padre, luego de su último viaje apostólico.
Con antivalores, con la muerte, con la violencia, con la muerte del inocente, se está buscando los votos hoy en día, lo que no deberá permitir señaló en sus líneas Su Eminencia Rodríguez, por lo que invita a saber elegir y no votar sin conciencia.
“Hay que votar por aquellos que consideramos lo mejor, no por la muerte, no por la violencia, no por los que promueven anti valores” también fueron palabras del Cardenal Óscar Andrés Rodríguez
“No es lo mismo votar que elegir, es momento de elegir lo mejor” continúa haciendo consciencia el Cardenal Rodríguez
También se mencionó y se hizo la pregunta cómo se está tratando a los niños del país, haciendo mención que es importante cuidarlos, cuidar su salud, ante patologías como el Dengue, COVID-19, sin olvidar sus garantías sociales como la educación.
“Ya van dos años de la privación de la educación, lo que va a repercutir en los menores” señaló el representante de la Iglesia en Honduras.
Derechos Humanos que son responsabilidad del Estado de Honduras, la educación y la salud, dolores que ha venido enfrentado el país desde años atrás, lo que se ha convertido en problemas en los últimos ocho años.
Con una oración de reconocimiento concluyó el mensaje del Arzobispo capitalino, donde nos invitó a ser verdaderos servidores, dejando la mentira de un lado y buscando la verdadera verdad como cristianos.