En Honduras urge la aprobación de la Ley Casas Refugio, una iniciativa que ha estado engavetada en el Congreso Nacional desde hace dos años. A este llamado se sumó la Red Internacional de Refugios (RIRE), que, a través de su coordinadora, Margarita Guillé; hizo un llamado vehemente a ese poder del Estado para “actuar lo antes posible” a favor de las mujeres víctimas de violencias.
Guillé participó en el foro internacional “Entrelazando Redes de Resilencia, Experiencias de Casas Refugio en Latinoamérica”, que organizó la Tribuna de Mujeres contra los Femicidios “Gladys Lanza”, evento que estuvo a cargo de la Asociación Calidad de Vida.
La RIRE es la opción más estructurada que existe a nivel continental para la atención a la violencia extrema. Además, ha participado activamente en la Comisión de Estatus de la Mujer desde el 2009, en la IV Conferencia de Refugios en Taiwán, y es parte del Consejo Directivo de la Red Global de Refugios para Mujeres. Los miembros de la RIRE son: Ecuador, México, Honduras, Puerto Rico, Guatemala, Nicaragua, Perú y Canadá.
En este espacio virtual, se visibilizaron los mecanismos empleados para mitigar los grandes retos a los que se enfrentan las casas refugio, albergues y casas de acogida en Latinoamérica, previo y durante la pandemia por COVID 19, siendo estos espacios específicos para la atención y protección diferenciada a mujeres sus hijas e hijos.
Uno de los principales retos que han enfrentado las casas refugio en América Latina es en lo que refiere al manejo de casos de las mujeres víctimas de las violencias con COVID-19, así como en el trabajo realizado por el personal de manera interna en los refugios, manteniendo un balance con los protocolos de bioseguridad, y sumado a esto, lograr la sostenibilidad de sus recursos durante la pandemia.