Es común escuchar en muchos creyentes, incluso devotos de la Virgen María, que les cuesta rezar el Santo Rosario debido a que es una oración repetitiva y fácilmente podemos caer en despistarnos o aburrirnos; sin embargo, cabe destacar que rezar el Rosario no es un acto de entretenimiento, sino de fe hacia la Madre de Dios.
Devoción
El padre Rodolfo Varela, sacerdote diocesano, señala que no debemos de perder nunca la razón fundamental del rezo del Rosario, que nos ayuda a acércanos a la Madre de Dios. “No debe de convertirse en un instrumento para entretenernos o dormirnos, sino tener el propósito de hacerlo bien porque es una oración repetitiva, que insiste y que se renueva siempre que devotamente, lo ofrecemos”.
Grandes santos de la historia han experimentado alguna vez en su vida insatisfacción con la meditación, tal es el caso de Santa Teresita del Niño Jesús que en alguna ocasión expresó su sentir con respecto al rezo del Santo Rosario al decir “Me da vergüenza confesarlo, pero me cuesta más que ponerme un instrumento de penitencia… ¡Siento que lo rezo tan mal! Por más que me esfuerzo por meditar los misterios del Rosario, no consigo fijar la atención… La Santísima Virgen me demuestra que no está disgustada conmigo. Nunca deja de protegerme en cuanto la invoco”.
Estas actitudes también pueden despertar la inquietud si el hecho de no rezarlo de manera correcta es pecado o una falta de respeto grave contra Dios y la respuesta es que no, es completamente humano en algún momento llegar a divagar, sin embargo, es imprescindible conocer la historia, razón y promesas de la Virgen María a quienes recen el Rosario para meditarlo con sentido, de esa manera, valoraremos más el rezo y nos vamos a esmerar por hacerlo cada vez más y mejor. Recordemos que lo más importante de nuestro rezo será el amor que ponemos cada vez que lo ofrecemos a la Madre de Dios porque el Santo Rosario no es aburrido, es un acto de fe y amor.
Encíclica Rosarium Virginis Mariae
San Juan Pablo II es uno de los santos que más promovió el rezo del Santo Rosario, por eso en el año 2002 escribió la encíclica “Rosarium Virginis Mariae” sobre el Santo Rosario donde propone a la sociedad del segundo milenio, rezar esta oración en favor de la familia y la paz, ya que es una práctica que contempla los misterios de la vida de Cristo y que está destinada a producir frutos de santidad.