Cuando hay celebraciones que generan confianza en la vida religiosa, hay fiesta hasta en el cielo. El hecho de entregarle la vida a Dios es un signo de fe, obediencia, sacrificio y, sobre todo, el perseverar es tener fortaleza y sabiduría.
Las Hermanas Franciscanas Cooperadoras Parroquiales de la Asunción, una vez más disfrutan la alegría, ya que dentro de su familia religiosa, Sor Rosalía Gonzáles pudo celebrar 25 años en obediencia al servicio de la Iglesia y, por ende, al prójimo que tanto lo necesita manteniendo su perseverancia en su vida de misión en Juticalpa y sus alrededores.
Vida
Sor Santos Rosalía Gonzáles Núñez, es originaria de la comunidad de Palestina, municipio de Patuca, en el departamento de Olancho. Nació el 4 de agosto del año 1974; sus padres son Lázaro Gonzáles Núñez y Reina Margarita Núñez Centeno. Ella es la tercera hija de 7 hermanos. Sor Rosalía, ingresó a la congregación un 6 de enero de 1995 en la comunidad Santa Isabel, Parroquia El Calvario en la Arquidiócesis de Tegucigalpa, iniciando su etapa de postulantado.
En 1997, comienza su noviciado en la Parroquia Santa Gertrudis, de Juticalpa; en 2003 realiza la misión en esta misma comunidad parroquial, apoyando a los grupos juveniles; su misión la ha compartido entre varias parroquias del interior del país. Actualmente, desde el 2023, realiza su misión en la comunidad Santa Inés en Juticalpa en el “Hogar de ancianos Paz y Bien”.
Sor Rosalía, se mostró muy contenta de llegar a estos 25 años de servicio y expresó que “Me siento muy contenta por haber celebrado este tiempo de servicio en mi vida consagrada, donde he experimentado la alegría de mis padres, hermanos, tíos y la presencia de mis Hermanas Franciscanas Cooperadoras Parroquiales de la Asunción. Doy gracias a Dios por el don de la vocación donde he vivido la experiencia de la misión”.
Orgullo
Por su parte, el padre de Sor Rosalía, Lázaro Gonzáles, dijo sentirse satisfecho al decir que “Yo me siento bastante alegre y, hasta la vez, estoy muy contento y orgulloso, porque mi hija tomó la determinación de servir a Dios”. Don Lázaro reconoció que la determinación de su hija “nos trajo esta alegría y yo la seguiré apoyando siempre con mis oraciones para que ella persevere siempre”. Finalizó diciendo que “agradezco a las Hermanas Franciscanas y esto quedara escrito en mi corazón, nunca olvidare la ayuda de todos”. En estos 25 años, Sor Rosalía ha experimentado la alegría de vivir en misión y de gastarse por el Señor, realizando una misión entregada al servicio de la Iglesia llegando a los más necesitados por amor al Reino de Dios.