Reflexión | Vergüenza

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Columnista Semanario Fides, Portavoz C.E.H y arquidiócesis de Tegucigalpa

Más allá de que, efectivamente, ninguna de las personas señaladas por algún delito, deben de ser consideradas como criminales hasta ser vencidas en juicio, lo cierto es que a mí en particular me llena de muchísima lástima lo que está ocurriendo con el expresidente de la República. Aclaro que estoy escribiendo estas líneas antes que el pleno de la Corte decida por la apelación que ha hecho la defensa del expresidente.

Es decir, indistintamente del fallo del pleno de la Corte esta, como todas las extradiciones pedidas, es una vergüenza para nuestro país. Es el nombre de nuestra patria el que anda por los suelos desde hace años a causa del pésimo manejo de los bienes del Estado y el señalado contubernio de algunos de los personeros de nuestros gobiernos con el crimen organizado. Cómo Iglesia, aunque no les gusta para nada a los fanatizados de todos los partidos políticos, hemos insistido por décadas en la imperiosa necesidad de adecentar nuestro sistema de justicia. Tanto el sistema judicial como la Fiscalía General de la República. Nuestros políticos deben entender que no todo está permitido para alcanzar el poder y que el poder se alcanza para servir y no para servirse con la “cuchara grande”.

Nos acostumbramos a dejar esa politiquería barata qué excusa toda picardía o seguiremos siendo el hazmerreír en el concierto de las naciones. Hay que ayudarles a nuestros políticos a superar la mitomanía. Eso de creerse las inmensas falsedades con las que quieren engañar a la gente es más que enfermizo, es digno de sociópatas. Mientras sigamos arrastrando tantas sospechas sobre las cabezas de los que pretenden gobernar o gobiernan no vamos a poder superar estos altísimos índices de pobreza.

La corrupción es nuestro cáncer y esa maldita enfermedad de creer que “forrándose” de dinero, de posesiones, de placeres, alcanzarán la felicidad. No hay nada que tranquilice más que tener la conciencia limpia y serena porque no hay nada que se nos pueda reprochar. Muy cierto es que en todas partes, en todos los países se ha señalado a políticos por acciones ilícitas, pero en la inmensa mayoría de los casos es porque sus mismos sistemas de justicia les han procesado y condenado. Nosotros no gozamos de esas posibilidades porque hay pactos de impunidad entre los políticos. Eso debe terminar ya.

Lamentablemente no termina con esta solicitud de extradición la situación crítica que vivimos no se soluciona. Algunos lo están viendo como la luz al final del túnel. A mí parecer el túnel es demasiado largo porque lo construyeron con mucho tiempo y con una planificación digna de los constructores de las pirámides. Es pues urgente que el Congreso trabaje para que se permita que el próximo Fiscal General y la próxima Corte Suprema sea lo más independiente posible. Si una vez más se “reparten” el pastel entonces… pídanle los planos a los que supuestamente se iban.

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