El sacramento del Matrimonio otorga a los esposos la gracia santificante que les une al Señor y, toda relación de amor, respeto, sacrificio, dulzura y paciencia entre los esposos es aceptada, perfeccionada y sellada por Cristo. Pero ¿Qué sucede, si las parejas no pueden llegar a recibir esta bendición de Dios?
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El presbítero Ovidio Rodríguez, párroco de la comunidad Divino Niño, explica que, sin ánimo de justificar el no llegar al matrimonio, muchos servidores no pueden casarse por la Iglesia, porque esto no depende solo de una persona. Ante todo, afirma que, “El criterio lo debe ver siempre el párroco”. El sacerdote es enfático al mencionar que “¿Cuántos están casados por la Iglesia y no dan testimonio de fidelidad ni de convivencia sana en el matrimonio? ¿Cuántos están en unión libre y viven una armonía mejor que muchos casados por la Iglesia?, con eso no quiero justificar, solo quiero decirle que Dios no ve las apariencias, sino los corazones”.
1 Exclusión
No hay que caer en la exclusión, lo que se hacía en tiempos de Jesús, excluir al leproso, al ciego, porque eran pecadores, con esto le ponemos viñeta a los demás.
2 Limitantes
El matrimonio es de dos y si una de las partes se resiste, no debe ser una limitante, por eso la gente se nos va de la comunidad, buscando respuesta que no estamos dando.
3 Servicio
Hay ciertos servicios que coinciden los expertos, deben darse únicamente a los ministros cualificados, pero, sobre todo, la Iglesia siempre tiene que estar en salida, abierta para todos.