La Iglesia Católica conmemora el Martirio de San Juan Bautista , titular de nuestra iglesia, quien murió decapitado por anunciar y denunciar la verdad.
Juan Bautista es el único santo en la Iglesia a quien se le celebra su nacimiento (24 de junio) y su muerte por medio del martirio. Juega un papel muy importante en el Nuevo Testamento, ya que es nombrado por los cuatro evangelistas como el que anuncia la llegada del mesías.
Juan fue el primero en identificar a Jesús como “el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Jesús le pidió que lo bautizara, pero Juan intentó disuadirlo. “Yo soy el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?”. Jesús insistió y Juan tuvo que acceder.
Mateo nos cuenta que Juan fue encarcelado por Herodes, el tetrarca, cuando Juan le advirtió que no podía casarse con Herodías, la esposa de su hermano Felipe. “Herodes quería matarlo, pero le tenía miedo a la gente, porque consideraban a Juan como un profeta.
Así que, cuando fue el cumpleaños de Salomé, hija de Herodías, el rey estaba tan encantado con su baile que le dijo a Salomé que le pidiera cualquier deseo y él se lo concedería. Alentada por su madre, la joven pidió la cabeza de Juan Bautista en una bandeja de plata.
Cuando Jesús se enteró de la ejecución de Juan, “se retiró él solo en una barca a un lugar solitario”
