“El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes.” CEC 1849
Dentro de los tipos de pecados que destruyen nuestra relación con Dios oscureciendo nuestra consciencia e inclinandonos al mal estan los siete pecados capitales.
Para alejarnos del pecado podemos auxiliarnos de esta pequeña pero eficaz oración: “Señor dame lo que me pides y entonces pideme lo que quieras.” Una hermosa oración que nos dejo san Agustin para recordarnos que no podemos salir de las grarras del pecado por nuestras propias fuerzas, necesitamos la ayuda de una Gracia santificante.
Dentro de los dones que recibimos con la Gracia santificante, estan todas las virtudes cristianas, pero hay siete en especifico que nos ayudan a contrarrestar los siete pecados capitales y que podemos convinar con la oración de San Agustin.
- Ante la soberbia: Señor dame la don de la humildad y entonces pídeme ser humilde.
- Ante la avaricia: Señor dame el don de la generosidad y entonces pídeme ser generoso.
- Ante la lujuria: Señor dame el don de la castidad y entonces pídeme ser casto.
- Ante la ira: Señor dame el don de la paciencia y entonces pídeme ser paciente:
- Ante la gula: Señor dame el don de la moderación y entonces pídeme ser moderado.
- Ante la envidia: Señor dame el don de la caridad y entonces pídeme ser caritativo.
- Ante la pereza: Señor dame el don de la diligencia y entonces pídeme ser diligente.
