“Nosotros los sacerdotes estamos llamados a entregar nuestra vida en el ministerio”

Pidámosle al Señor hoy que celebráramos la fiesta de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote poder entregar nuestra vida ser luz para los demás, para caminar en la unidad, en la santidad y alcanzar la vida eterna.

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El padre Rodolfo Varela celebró hoy 4 de junio la Misa en la Basílica Nuestra Señora de Suyapa en su homilía dijo “de qué sirve la vida si no es para entregarla, es lo que hace Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, entregar su vida, porque Jesús es Dios y Dios es amor, el amor urge por entregarse, el amor es para eso para entregarse”.

El sacerdote expreso “de que sirve la vida si no es para entregarse, nosotros los sacerdotes, participamos del único y verdadero sacerdocio, del único y verdadero sacerdote que es Cristo y hoy estamos celebrando la fiesta de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote, que es lo que se hizo Cristo, entregar su vida, lo escuchamos en la Primera Lectura”.

El Presbítero manifestó que Jesús “fue maltratado, calumniado humillado, fue desfigurado, porque, por nuestras injusticias para salvarnos, para darnos vida, el Evangelio, Jesús se está entregando, nos está dejando su cuerpo y su sangre, Él está entregando su vida Él va para la Pasión, va para el Calvario, Él está anunciando la última Pascua antes de padecer porque Él va a entregar su vida”.

Además aseveró “nosotros los sacerdotes estamos llamados también a entregar nuestra vida en el ministerio y vamos a ser calumniados, humillados y ultrajados también, pero no por eso nos vamos a ser las víctimas, sino más bien vamos a compartir el gozo de Cristo, de poder participar de su sacerdocio en la Pasión, pero a lo largo de nuestro magisterio, nosotros nos vamos a entregar a la pastoral al pueblo de Dios a ustedes de diferentes maneras”.

Varela expreso que el primer llamado que tienen es la santidad a ser conocedores de la palabra de Dios, a conocer la espiritualidad y la teología de la Iglesia pero también “tenemos que conocer sobre filosofía, también sobre ciencia, tener conocimientos básicos para poder acompañar al pueblo de Dios, para poder llevar una parroquia, nos toca ser administradores, electricistas carpinteros, organizadores, decoradores, choferes, mecánicos de todo un poco.

Participando del sacerdocio real de Cristo, continuó, “nosotros somos luz para mostrar la verdad, hablar de la verdad, hacer ver la verdad a todo el pueblo de Dios y cuando nosotros vemos esa verdad que es el amor, aprendemos a caminar en la unidad, en la comunión, por eso se llama la comunión al momento de recibir, el Cuerpo de Cristo en la comunión espiritual, no se trata simplemente de una común unión con Cristo mía con Cristo, sino una común unión, mía se Cristo y de la Iglesia, con mis hermanos todos ser unos en Dios”.

El presbítero nos deja un claro mensaje, si nosotros al convivir con los demás aprendemos las obras de la misericordia, que es soportar con paciencia los defectos de los demás sin quejarnos, criticar, chismosear, humillar, sin delatar los defectos del otro sino soportarlos con paciencia porque “aprendo a amarlo, aprendo a recibir el amor de Dios que me ama con mis luces y con mis sombras y así tengo que llamar yo a los demás con sus luces y con sus sombras”.

Los santos fueron aquellos pecadores dijo que se sintieron amados y perdonados por Dios y aprendieron a convivir con la comunidad, aprendieron a vivir con el pueblo de Dios, para llevarles esa luz de amor, y que ellos también pudieran caminar en Dios, “se pusieron amados y perdonados, para que siguieran llevando a los demás ese amor ese perdón y así alcanzar la santidad y una vez santos nosotros no poder tener miedo a nada no le podemos tener miedo al coronavirus, no le podemos tener miedo a la muerte porque en la santidad hemos alcanzado la salvación que es la vida eterna”.

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