Hoy se celebra la sexta Jornada Mundial de los Pobres, instituida por el Papa Francisco para que no nos olvidemos de los pobres. Así lo dijo el Cardenal Rodríguez en la Eucaristía dominical desde la Basílica de Suyapa. “Quiero agradecer el esfuerzo en todas las parroquias, aquí en esta querida parroquia de Suyapa, la gente está colaborando porque hoy se va a atender de manera especial a los más pobres y a los ancianitos de la comunidad, así en muchas parroquias” recordó.
Sobre el sentido de este día, el arzobispo dijo que así como le dijo el Concilio de Jerusalén a San Pablo cuando llegó a conocer a los apóstoles. “Es la recomendación que nos hace siempre Jesús, el Evangelio, la recomendación que nos hace el Santo Papa Francisco, no se olviden de los pobres y cualquiera puede decir que eso le toca al gobierno, eso le toca a la jerarquía de la Iglesia, nos toca a todos” afirmó Rodríguez.
Lastimosamente, se ha podido constatar que la cantidad de pobres sigue al alza, por eso, el llamado es claro, tenemos que ser responsables de nuestros hermanos más necesitados. “Qué puedo hacer yo con una sola persona a quien le trates de ayudar, ya estás colaborando y en realidad, el mundo va por otro camino, esa guerra injusta en Ucrania, ha multiplicado la pobreza en el mundo, lo vivimos con la inflación, simplemente por detener el suministro de petróleo o de gas, los precios se levantan y aumenta la pobreza. No permitir que se exportasen esos cereales, aumentó la pobreza, especialmente en África, dependientes de esas exportaciones”.
En nuestro país, el 74% de la población vive en pobreza, por eso enfatizó el Cardenal Rodríguez que “No ayudar a nuestros campesinos para que puedan producir, abandonar el agro, es aumentar la pobreza. Qué podemos hacer. Aquellos que tienen posibilidades, no es simplemente tomar un billete y darlo a un pobre, pero por ejemplo, ayudar para que se cree un solo puesto de trabajo, ya estamos luchando para aliviar la pobreza, una sola persona a la cual podamos ayudar ya tenemos un alivio a la pobreza”. Lo que el Santo Padre quiere con esta jornada, es que no caigamos en la indiferencia, que vean otros como aliviar la pobreza, no, cada uno de nosotros.
“No podemos ser indiferentes, tenemos que ayudarnos unos a otros. Por eso, al final del año litúrgico, queremos escuchar aquellas palabras de Jesús, lo que ustedes le hicieron a uno de estos más pequeños y pobres, por mi causa, a mí me lo hicieron. En esta jornada por los pobres, que no seamos indiferentes y que podamos hacer algo, aunque sea algo muy pequeño, estaremos respondiendo al Señor Jesús” dijo. Que hoy nuestra oración puede ser: Señor Jesús, que podamos ser más conscientes de tus palabras, en ti encontramos la esperanza y la alegría que nos hace vivir. Amén.