“No hay pecado tan grande que Dios no pueda perdonar”

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“En la Fiesta de San Mateo, comienza el Evangelio diciendo que Jesús vio a un hombre llamado Mateo sentado a su mesa recaudador de impuestos”, así inició la homilía el padre Rodolfo Varela en La Misa oficiada  este 21 de septiembre en la Basílica de Suyapa.

Es Jesús quien ve a un recaudador de impuestos manifestó quien,  es un recaudador de impuestos, “era un corrupto de la época, era aquel que sangraba al pueblo con sus impuestos, era aquel que vivía de cobrar impuestos exagerados, para vivir bien el, y por eso los recaudadores de impuestos eran detestados en aquella época”.

Pero Jesús ve a ese corrupto, esto nos sirve a nosotros, como enseñanza de que los corruptos aún tienen posibilidad de conversión y no de cualquier conversión, de ser un recaudar de impuestos, a que no solo ser apóstol, la meta no es ser apóstol, si no que llegó a ser santo.

No hay pecado tan grande que Dios no pueda perdonar, no hay vida tan desastrosa que Dios no pueda cambiar, de publicano corrupto a santo, no hay pecado que nosotros no tengamos que Dios no pueda transformar en nuestra vida para llamarnos a la santidad.

Ahora bien continuo, Jesús ve a Mateo y le dice sígueme, es de Dios siempre la iniciativa, es Dios siempre que nos mira a nosotros y es Dios que nos dice sígueme, ahora para alcanzar la santidad de Mateo, hay que hacer lo que hizo Mateo se levantó y lo siguió, es decir abandono su tarea, dejó su faena. Dejó la vida que tenía para seguir a Jesús.

El sacerdote puntualizó ¿Queremos alcanzar la vida de santidad? Pues dejemos la vida de pecado sigamos al Maestro a Él es que tenemos que seguir, una vez que Jesús ve y que llama y Mateo responde generosamente  como tenemos que responder nosotros, va Jesús a comer con él, a estar con él, y vienen los fariseos a criticar, porque Jesús y sus discípulos están sentados con publicanos y pecadores y así va ser en nuestra vida el mundo nos va a criticar por nuestro pasado, nos van a criticar por nuestro pecado.

El padre sostuvo que quienes nos van a criticar en primer lugar están los más cercanos los que más nos conocen, en nuestra propia familia, nuestros propios amigos, nuestros compañeros de trabajo, ellos nos van a criticar, cuando comencemos a entregarnos al Señor porque conocen nuestro pasado, porque conocen nuestra mañas, conocen nuestro pecado, pero eso no nos puede detener en el seguimiento del Señor.

Mateo y muchos otros pecadores fueron criticados señaló el mismo Señor fue criticado, pero eso no impidió el seguimiento del Señor, hay que seguir al Señor a pesar de las críticas y la murmuración que recibamos, el mundo y el enemigo nos va hacer creer que no somos dignos de seguir al Señor por nuestro pecado, pero esa es una mentira para alejarnos de Dios.

 

 

 

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