Este día en el del Ángelus, en la Solemnidad de Todos los Santos, el Papa invitó a reflexionar sobre el testimonio de Santos y Beatos, testigos de la esperanza cristiana y modelos seguros de camino, basado en las Bienaventuranzas.
Los Santos “son los testigos más autorizados de la esperanza cristiana, porque la han vivido plenamente en su existencia, entre alegrías y sufrimientos, poniendo en práctica las Bienaventuranzas”: afirmó el Papa.
Estas Bienaventuranzas, que Jesús predicó y que hoy resuenan en la liturgia son el camino de la santidad, precisó el Pontífice, refiriéndose en particular a dos de ellas, la segunda y la tercera, ambas que “comienzan aquí abajo” y se cumplirán en Cristo.
“Escuchar, respetar, no agredir”
Francisco recuerda además el momento mundial actual “donde hay tanta agresividad”. También en la vida cotidiana, afirma, “lo primero que sale de nosotros es la agresión, la defensa”. Y exhorta: “Tenemos necesidad de mansedumbre para seguir adelante en el camino de la santidad. Escuchar, respetar y no agredir: mansedumbre”.
El Sucesor de Pedro describe finalmente el camino evangélico que han seguido Santos y Beatos y asegura que “elegir la pureza, la mansedumbre y la misericordia; elegir confiarse al Señor en la pobreza de espíritu y en la aflicción; esforzarse por la justicia y la paz, significa ir a contracorriente de la mentalidad de este mundo, de la cultura de la posesión, de la diversión sin sentido, de la arrogancia hacia los más débiles”.