Cuando hacemos referencia a los párrocos, de manera inicial, podemos pensar en un sacerdote que ha respondido al llamado de Dios, pero la verdad es que la parte fundamental de esta vocación es el servicio a la comunidad, el pastoreo de las “ovejas confiadas”. El padre Freddy Solórzano, sacerdote de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, destaca la importancia del papel de los párrocos en la sociedad. “El párroco es el sacerdote destinado por el obispo para pastorear una parroquia, una porción de tierra de su diócesis, por lo tanto, los fieles que asisten, son parte de la sociedad, de la comunidad. El sacerdote tiene que dar testimonio de Jesús en la sociedad, anunciar y denunciar, anunciar la palabra de Dios y denunciar cuando algo dentro de la sociedad no esté bien, aunque cause incomodidad o molestia”, expresó.
El párroco se encarga de prolongar a Cristo en la sociedad que vivimos, llevar desde su vocación, la palabra de Dios a los distintos ambientes y manifestar que el Señor es quien vive entre nosotros y que su Reino está presente. La tarea que como fieles tenemos, es acompañarlos, asistirles y lo más importante: orar por ellos.
1 Testimonio
Los sacerdotes encargados de una parroquia viven su misión a través de su testimonio de vida, entrega, generosidad y también sus enseñanzas.
2 Proclamación
Los párrocos también anuncian su testimonio con la proclamación de la palabra de Dios como su propia vida, puesto que la sensibilidad de sus mensajes va conforma a su relación con el Señor.