Presentar a los hijos, es un acontecimiento significativo en la Iglesia que se lleva a cabo como una bendición y compro- miso de los padres hacia sus menores. Esta tradición tiene sus raíces en la Biblia y ha sido practicada durante siglos en la fe católica.
Compromiso
El padre Nery Gómez, sacerdote de la Diócesis de Santa Rosa de Copán, resalta que la bendición de niños no es solo un gesto simbólico, sino un compromiso fundamental de los padres con la fe y los valores de la Iglesia. “La presentación evoca la ternura inherente a los bebés y encuentra sus raíces en la cultura hebrea-judía, reflejada en la presentación de figuras bíblicas como María, Jesús y Juan el Bautista”, explica el sacerdote.
Citando las palabras de Jesucristo que invitan a dejar que los niños se acerquen a Él, el padre Nery destaca la conexión bíblica entre la gratitud de los padres por el regalo de la vida y la entrega del bebé a Dios. “Este acto simboliza confiar la educación del niño a una comprensión integral de la vida, su entorno y el Creador mismo, promoviendo un crecimiento en gracia, sabiduría y alma”, agrega.
Significado
La presentación de niños en la Iglesia simboliza la comunión de la familia con la comunidad y la importancia de la misma en la crianza y educación religiosa de los niños. El padre Carlos Rubio, de la parroquia Nuestra Señora de la Visitación, resalta la importancia de la memoria de la presentación de la Virgen María en el templo, señalando su consagración temprana a Dios. “María, conscientemente presentada en el templo, simboliza la entrega total al Señor en cuerpo y alma”, afirma el sacerdote. El rol actual del clero en este pro- ceso es explicado por el padre Rubio, quien menciona la oración de bendición de los niños no bautizados y destaca que la presentación de ellos a la comunidad, refuerza su pertenencia a la familia y a la Iglesia, incluso antes del Bautismo.
