La Madre Iglesia siempre vela por las necesidades de sus hijos, es por eso que ante la gran demanda de feligreses con necesidad de recibir la Sagrada Comunión que existe dentro de las parroquias y templos, ciertas personas son delegadas como ayuda hacia los sacerdotes para impartir la Eucaristía. Estos hombres y mujeres son seleccionados minuciosamente valorando sus aptitudes y servicio, a ellos se les conoce como Ministros Extraordinarios de la Comunión (MEC). “Esta vocación nace del crecimiento espiritual que adquirimos en nuestras parroquias” nos indica Mario Palacios, miembro del cuerpo de Ministros Extraordinarios de la comunidad Santo Domingo Savio. Asimismo, el sacerdote Carlos Aguilera, capellán de la Villa de los Niños y de las Niñas, explica que una de las principales causas para ser seleccionado en esta vocación, es que la persona debe de tener “una vida piadosa orientada a un amor profundo a la Eucaristía, para evidenciar su compromiso de llevar y transmitir el gozo de la resurrección y amor de Dios ante los más necesitados que no pueden llegar por si solos a Él”.
1 Requerimientos
Para la constitución se requiere la existencia de una necesidad dentro de la Iglesia. Lo especifica el documento pontificio Inmensae Caritatis donde permite la institución de Ministros Extraordinarios de la Comunión.
2 Formación
La instrucción Inmensae Caritatis, pide que el fiel, hombre o mujer que será instituido como MEC, debe de estar instruido y ser recomendado por su vida de oración y entrega en las actividades de la Iglesia.
3 Obligaciones
Para ejercitar el Ministerio de la Palabra, presidir las oraciones litúrgicas y dar la sagrada Comunión se requiere la debida formación, conciencia.