Más de 1.100 misioneros digitales católicos participaron en un histórico Jubileo en el Vaticano, donde se reflexionó sobre el papel de la fe en el entorno digital. El cardenal Pietro Parolin afirmó que ser misionero en redes sociales implica asumir las heridas, búsquedas y preguntas de los usuarios, sin caer en el anonimato ni en la superficialidad. Se invitó a “samaritanizar” el espacio digital, es decir, a hacerse prójimo de quien sufre y llevar la misericordia de Dios. También se subrayó el valor del silencio, la centralidad de las Escrituras y la urgencia de una misión digital auténtica frente a la cultura del ruido y del protagonismo.
- Implicación
La implicación en las redes sociales redes sociales debe ir en nombre de Jesucristo mencionó el Padre Antonio Spadaro, para compartir a los que estan sedientos de la palabra.
- Autenticidad
No hay que venderse como una marca, ya que son una bendición, mencionó el Padre Spadaro, haciéndoles conciencia a todos los misioneros que no vendan su misericordia por likes.
- Reparación
El Papa León XIV les mencionó a todos los misioneros digitales a salir a reparar las redes, recoser el tejido roto de la humanidad, en “los dramáticos lugares de guerra”, así como “en los corazones vacíos de quienes han perdido el sentido de la existencia”.
“El misionero digital necesita un marcapaso de San Pablo para que si corazón diga ¡Ay de mi si no evangelizo!”
Cardenal Óscar Andrés Rodríguez
Arzobispo emérito Tegucigalpa



1. Misión digital Evangelizar en lo digital no es solo técnica o estrategia, sino una presencia profundamente humana. El misionero digital debe habitar las redes con autenticidad, asumiendo preguntas y heridas, sin ceder a la superficialidad ni al protagonismo.
2. Influencers La verdadera influencia nace del amor y el testimonio, no del rendimiento ni los “likes”. Se trata de arder, no de brillar: ser fuego que ilumina y transforma. El cristiano en redes debe generar vínculos reales, no seguidores vacíos ni audiencias consumidoras.
3. Silencio La evangelización digital requiere redescubrir el valor del silencio como forma de escucha. Solo así se comprenden las emociones del otro. La comunidad no debe convertirse en público, ni la misión en espectáculo. Lo esencial es el encuentro que transforma.
4. Iglesia digital La Iglesia en la era digital sigue siendo una red viva de personas unidas por la fe, no por datos. Frente al aislamiento, la desinformación y la fragmentación, se propone una cultura del encuentro que rescate el sentido, la verdad y la esperanza compartida.