En las relaciones entre pareja se debe de saber diferenciar cuando es en realidad amor y cuando es una dependencia afectiva y hay señales que nos llevan a identificar estos dos aspectos. Para el asesor familiar Óscar Osorio es un error pensar que la felicidad nuestra depende de una persona en especial.
“Uno de los riesgos en las relaciones es generar dependencia emocional hacia la pareja, es como entregarle la llave de nuestra vida, algunas señales de una dependencia emocional es idealizar a quien está con nosotros, creyendo que la persona es perfecta, o llegar a creer que la vida de uno mismo carece de sentido sin la presencia de la pareja y lamentablemente esa es una realidad”, manifestó Osorio. Hay características que se pueden identificar como sentirnos vacíos y llenos de ansiedad, sin estar al lado de esa persona, con esto se debe de tener mucho cuidado, porque no se puede construir nuestra vida dependiendo de alguien más.
Testimonio
Darío Rivera es coordinador junto a su esposa de uno de los grupos de Compartir del movimiento Camino. Su experiencia al pastorear parejas lo lleva a sacar varias enseñanzas en torno a no caer en la dependencia emocional. “El amor a mi conyugue es una decisión basada en el amor y no en la lástima, fortalecida en las cualidades y virtudes y no en aquello pasajero, si identificamos bien esto, seguro llegaremos a buen puerto al final de nuestros días”.
Rivera aconseja que uno de los grandes retos y desafíos que tienen los matrimonios de hoy, es escaparse de la monotonía, de la costumbre, del desánimo y enfocar sus esfuerzos con la ayuda de Dios y crear un matrimonio duradero y sostenible en el tiempo. Uno de los aspectos más importantes que nunca debe perderse es el respeto, la buena comunicación, las pláticas armoniosas y así se hará del matrimonio el mejor lugar para ser felices.
Peligros del auto dependencia emocional
La dependencia emocional surge cuando una de las partes, o las dos a la vez, sienten una insatisfacción y un vacío que intentan compensar con su pareja. Pueden llegar a vivir del otro, focalizando toda su vida en la pareja y dejando de lado otras áreas de su vida. Esta situación no es realmente buscada a nivel consciente, aunque con el paso del tiempo se acaba viendo lo que ocurre, sin que ya se sepa poner freno.