Hay laicos que por alguna razón no se casan, ni se ordenan sacerdotes ni toman votos como religiosos o religiosas. Incluso hay quienes siendo solteros han sido modelos de vida cristiana, entre ellos algunos santos como San Juan de Dios, San Sebastián o Santa Juana de Arco y muchos más.
Por supuesto, también en las parroquias hay solteros y solteras que destacan por su servicio en la Iglesia y por dar testimonio de su fe diariamente. Entonces, ¿qué ocurre con la soltería? ¿Puede considerarse una vocación?
Vocación
El Padre Bairon Cárcamo, Vicario de la Basílica Nuestra Señora de Suyapa, se refiere a las vocaciones como una vida consagrada entre ellos Sacerdotes, Religiosas, matrimonio y soltería. Sobre esto último, el Padre Bairon nos explica que esta vocación es muy importante haciendo énfasis en una soltería consagrada ya que en esta hay más tiempo para dedicar a la misión y “uno de los aspectos más importantes de esta vocación es entregarse a Dios completamente, servir a los demás y vivir en castidad”.
Servicio
La soltería, aunque a veces pasada por alto en la narrativa cultural dominante, es reconocida como una vocación legítima y significativa. La Biblia nos enseña que el apóstol Pablo abrazó la soltería para dedicarse completamente al servicio de Dios y a la comunidad. San Pablo, un hombre soltero, en referencia a la vocación de cada uno dice (1 Corintios 7, 7-8) “Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro.
Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo”. La iniciativa de Dios espera nuestra respuesta, porque la vocación es el llamado entre elección divina y libertad humana. El Padre Jony Murillo, Párroco de la comunidad San José de la Montaña de Tegucigalpa, se expresa sobre la soltería consagrada diciendo que “es un llamado a vivir una vida célibe, dedicado completamente a Dios, lo que refleja es un compromiso radical y una entrega total que puede ser tan plena y significativa como cualquier otra vocación”. Así mismo, el Padre Jony resalta que “la soltería consagrada no es una vocación de segunda clase, sino una llamada genuina y valiosa que enriquece el mosaico de vocaciones dentro de la Iglesia”.
1 Vocación
La vocación está relacionada con aquello que hacemos con gusto y a lo que quisiéramos dedicarnos. Resaltan nuestras aptitudes y nos sentimos motivados a realizar actividades que nos interesan.
2 Soltería
La soltería tiene dos caras. Muchas personas la ven como un castigo y otras como un regalo. Hay quienes se sienten profundamente tristes por no haber encontrado a una pareja, mientras que otros han decidido entregar su vida a Dios.
3 Julio
La Iglesia en Honduras dedica el mes de julio a promover y rezar por el aumento de las vocaciones. Este mes es para generar conciencia de la llamada que hemos recibido de Dios, sobre todo una llamada que se dirige a los jóvenes porque están en esa etapa que se preguntan “¿quién soy?”
4 Castidad
La castidad consiste en el dominio de sí, en la capacidad de orientar el instinto sexual al servicio del amor y de integrarlo en el desarrollo de la persona. La castidad cristiana supone superación del propio egoísmo, capacidad de sacrificio por el bien de los demás, nobleza y lealtad en el servicio y en el amor.