Cada 11 de agosto se recuerda la feliz memoria de Santa Clara de Asís. Esta religiosa es famosa por su cercanía con San Francisco de Asís. Clara, desde temprana edad siguió los pasos del pobrecillo de Asís para seguir libremente a Jesús. Es muy conocido su amor por los pobres, es fundadora de las Clarisas y se le recuerda por el milagro con Jesús Eucaristía.
En 1241 los sarracenos atacaron la ciudad de Asís. Cuando se acercaban a atacar el convento que está en la falda de la loma, en el exterior de las murallas de Asís, las monjas se fueron a rezar muy asustadas y Santa Clara que era extraordinariamente devota al Santísimo Sacramento, tomó en sus manos la custodia con la hostia consagrada y se les enfrentó a los atacantes. Ellos experimentaron en ese momento tan terrible oleada de terror que huyeron despavoridos. En otra ocasión los enemigos atacaban a la ciudad de Asís y querían destruirla. Santa Clara y sus monjas oraron con fe ante el Santísimo Sacramento y los atacantes se retiraron sin saber por qué.
Sabías que desde 1957, es patrona de la televisión. Un hecho muy curioso, porque esta religiosa italiana vivió 800 años antes de la invención de este aparato tecnológico. Un peculiar milagro da sentido a este patronazgo decretado por el papa Pío XII.
He aquí la historia
En 1252, Santa Clara, en cama, sin buena salud y ya en su lecho de muerte, lamentó no asistir a la Eucaristía de la Navidad, a la que acudieron sus hermanas clarisas. Ella se quedó sola en la cama muy triste por no poder ir con ellas. Pero Jesús no quiso dejarla sin aquel consuelo y la hizo transportar milagrosamente a la Iglesia de San Francisco y pudo asistir a todo el oficio de los maitines y de la Misa de media noche. Además, pudo recibir la comunión, y finalmente, el Señor la llevó de nuevo a su cama.
Al llegar de la celebración eucarística, sus hermanas quisieron contarle todo lo sucedido en la Misa, pero ella alegó que no era necesario porque había participado de la celebración con una proyección en la pared de su habitación.
Santa Clara les dijo que “Yo doy gracias y alabanzas a mi Señor Jesucristo bendito, hermanas e hijas mías amadísimas, porque he tenido la dicha de asistir, con gran consuelo de mi alma, a toda la función de esta noche santa y ha sido mayor que la que han tenido ustedes. Por intercesión de mi padre San Francisco y por la gracia de mi Señor Jesucristo, me he hallado presente en la iglesia, y he oído con mis oídos espirituales y corporales todo el canto y la música del órgano, y hasta he recibido la sagrada comunión. Alégrense, entonces, y den gracias a Dios por esta gracia tan grande que me ha hecho”.