En II Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia, el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez meditó en la liturgia de la Palabra relacionandola con lo que vive el mundo con la pandemia; ha dicho ”el mundo vive hoy lleno de miedo, miedo a ese virus que está haciendo estragos y que tantas veces no queremos pensar que podemos sufrir esas consecuencias”, este llamado de atención lo realizó en torno a lo que vivieron los apóstoles en tiempo de pascua, cuando con puertas cerradas por miedo, esperaban al resucitdado.
También el Arzobispo de Tegucigalpa resaltó que ”la vida, la belleza, el amor, no se pueden percibir con la cabeza sino con el corazón”, colocando en contexto la actitud de Santo Tomás, además mencionó que ”a veces llevamos a Tomás dentro de nosotros, resistiéndonos a creer, a confiar; hasta lo usamos como si fuera algo positivo ”hasta no ver no creer”, eso no es un timbre de gloria porque no se escuchan las palabras que Jesús dice”.
”Tomás da el paso definitivo a la confianza, se abandona, se rinde; la pregunta de hoy es: ¿hemos dado el paso como Tomás hasta la confianza?”. Concluyó diciendo: ”que nuestra oración sea la misma de Tomas: ”Señor mío y Dios mío”. Jesús Resucitado, eres más fuerte que cualquier problema, que cualquier pecado, que cualquier resistencia que queramos poner con las puertas cerradas”.
