“Me pone la piel reseca, me salen barros, me corta la respiración”, estas son las frases que aún escuchamos después de casi un año de haber adoptado las mascarillas como medida contra el covid. Este accesorio que ahora forma parte de nuestro diario vivir, no es aceptado por una gran parte de la población, que aún no termina de asimilar que es una medida que nos ayuda a prevenir el contagio del virus.
Realidad
La doctora Mitzi Castro, jefa del Laboratorio de Vigilancia de la Secretaría de Salud, señala que en Honduras solo un 30 por ciento de la ciudadanía usa mascarilla. “Me di a la tarea de hacer un recorrido por varios lugares de Tegucigalpa y pude constatar que la población no quiere usar mascarilla, o simplemente la portan de forma incorrecta. En el caso de las mujeres, prefieren usar la que mejor les convine, aunque no les proteja nada” expuso Castro.
Disposiciones
La Organización Mundial de la Salud (OMS), desde el inicio de la pandemia, enfatizó que esta cobertura facial es una de las formas que puede ayudar para evitar el contagio del virus. En cuanto a esta medida de bioseguridad, el organismo el ha dado a conocer una nueva guía para el uso de las mascarillas y entre algunos puntos están: utilizarlas en casa cuando haya un visitante que no es miembro del núcleo familiar, no se debe usar mascarilla durante la actividad física, los niños menores de cinco años no deben llevarla, pero si van a un lugar de mucha aglomeración, se recomienda ponerles careta. También la OMS sugiere usar las que se hacen en casa que por lo general son de tela, pero se pide que al menos tenga tres capas. No se aconseja las que tienen válvulas ya que, a través de ellas al momento de toser, el virus puede salir por ese lugar.
