La Misa no es exclusiva del sacerdote, pero hay partes que solo él debe de decir

Aunque no es considerado pecado, los laicos deben dar paso a que el presbítero pronuncie lo que le corresponde por ser ministro ordenado dentro de la celebración eucarística

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El silencio y la contemplación de lo que se está viviendo en la Sagrada Eucaristía, debe de ser la actitud del pueblo de Dios, pero lo que muchas ve- ces ocurre, es que la falta de formación o algunas costumbres heredadas, orillan al laico a repetir lo que solo el ministro ordenado debe pronunciar en la Misa.

Corrección

El Padre Luis Enrique Gutiérrez, párroco de la comunidad Santa María Reina, opina que “No es conveniente que en las partes que son propias del ministro ordenado los fieles laicos las repitan también”. El presbítero además apunta que “de allí qué, aun- que por el hecho de haber participado en muchas eucaristías y que nos hayamos aprendido su estructura, no debemos de repetir todo, esto es algo que no debe ocurrir para que cada uno cumpla su misión en la celebración con alegría”. La corrección fraterna debe ir de la mano ante este hecho, así se purifica la liturgia.

Actitud

La participación en la Santa Eucaristía por parte de los fieles laicos, debe de mantener las estructuras establecidas por el Misal Romano, así lo opina Abraham Gálvez, seminarista de la arquidiócesis de Tegucigalpa, al mencionar que “No es algo correcto porque hay que tener una clara distinción entre el sacerdocio ministerial y el sacerdocio común”. Para Gálvez, las partes exclusivas dichas por el presbítero, deben de ser respetadas y las acciones del fiel se deben de limitar a las que realmente corresponden. Aunque haya instintos, costumbres o que alguna persona le incite, el laico debe de estudiar más sobre estos órdenes en la liturgia para celebrar la Misa de la mejor manera. Esto no es un pecado, pero si un error litúrgico que debe de erradicarse poco a poco, una tarea de los párrocos y de cada líder en las comunidades pastorales.

1 Instrucción

El Misal Romano desde el capítulo I hasta el IX, tiene las indicaciones claras para la buena celebración de la Eucaristía, desde lo que se necesitará para la celebración hasta la forma de las oraciones; se identifica que partes corresponden al presbítero y la participación de la feligresía.

2 Formación

Los cursos de liturgia y de manera específica sobre la celebración de la Eucaristía, deben ser una prioridad para las parroquias y grupos pastorales, comprendiendo que cada miembro celebra la Santa Misa y debe hacerlo de una manera adecuada, tomando en cuenta las indicaciones.

3 Ideal

A pesar de las costumbres o enseñanzas que los antepasados dan, se debe crear la uniformidad en la forma de cómo se celebra la Santa Eucaristía, partiendo de estos momentos donde pronunciar algo que solo debe decir el presbítero, puede confundir a fieles recién congregados.

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