Con cuatro miembros más de su familia a quien mantener, José Luis Mejía es un transportista de buses llamados “rapiditos” y pese que por más de nueve años lucha de esta manera para llevar el sustento a su hogar ha sido difícil lograr estabilizarse económicamente y con la llegada de la pandemia la situación cada vez es más crítica, porque desde más de cinco meses no ha podido salir a trabajar según lo detalló Luis Mejía, conductor de estas unidades.
Propietarios de los microbuses, llagaron este día hasta el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH) para solicitar su mediación ante las autoridades correspondientes, para que den respuesta a las peticiones planteadas, así lo detalla Pompilio Coello, presidente de coordinador de microbuses de Tegucigalpa.
Jorge Barralaga, dio conocer que al momento de que este rubro vuelva a prestar su servicio, se garantiza la implementación de medida de bioseguridad dentro y fuera de las unidades de transporte.
Finalmente los conductores piden se les pueda dejar circular legalmente, ya que los grandes empresarios no dejan que ellos trabajen porque según ellos, se les genera competencia desleal.