La Iglesia ha abogado por las familias siempre, sobre todo al momento de proteger a este núcleo tan importante que a diario se ve bombardeado por las ideologías de género o simplemente por la indiferencia de las actuales generaciones para querer forma una. Ante esto, como todos los años, la Pastoral Familiar ha determinado ahondar en la problemática de este principal núcleo, pero esta vez haciéndolo partícipes de las determinaciones que se deben de tomar como país para poder desarrollarlo. Amaro García, miembro activo de esta pastoral, apunta que “El material planteado en la revista para este mes de la familia, contiene cuatro catequesis, en donde se llama a cada una de las personas que las conforman, a que sean verdaderos promotores de justicia”.
El Padre Juan Carlos Martínez, asesor de la Pastoral Familiar, apunta que “El contenido que analizaremos todo este mes, es el que ha propuesto la Conferencia Episcopal de Honduras y cuando hacemos el enfoque de estos temas, nos damos cuenta que es desde la familia en donde se aprende a ser solidarios y a ser promotores de justicia”.
Por su parte el Padre Zacarías Zelaya, formador del Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa, pide que “No descuidemos esta porción de la Iglesia, sobre todo porque en este tiempo se ven muchos ataques a la familia que se ha visto vulnerada desde los más grandes hasta los más pequeños”.
1 Propuesta
La Comisión Nacional de Pastoral Familiar de Honduras (CONAPAFH), se propone, cada año, editar la revista del Matrimonio y la Familia para colaborar con la importante y vital institución, que ha sido el bastión de la Iglesia.
2 Grupo
La familia, es la comunidad natural en donde se experimenta la sociabilidad humana contribuye en modo único e insustituible al bien de la sociedad. Si la familia forma a los hijos desde pequeños, se lograría alcanzar objetivos más grandes y plenos.
3 Finalidad
Una sociedad a medida de la familia, es la mejor garantía contra toda tendencia de tipo individualista o colectivista, porque en ella la persona es siempre el centro de la atención en cuanto fin y nunca como medio.