En muchas ocasiones, el término “dirección espiritual” es desconocido o confundido con la terapia psicológica. Desde luego, ambas experiencias se tratan de espacios donde el acompañado “desnuda” su alma y expone las situaciones que le inquietan, sin embargo, buscar este tipo de conversaciones, comprende la dimensión trascendental, es decir, su relación con Dios y la psicológica, la parte humana psicoafectiva.
El padre Luis Enrique Gutiérrez, párroco de la comunidad Santa María Reina y además psicólogo, explica que todo cristiano debería de ser acompañado espiritualmente para orientar su vida hacia Dios, lo mismo que todo ser humano debería recibir un acompañamiento psicológico para orientar su vida hacia la plenitud. Lo que se debe de tener presente es la finalidad de cada uno de estos acompañamientos, por una parte, la psicología busca la salud mental de la persona y la dirección espiritual es la espiritualidad de una manera integral. “La espiritualidad busca una conexión con Dios, encontrar el camino de la perfección para llegar a la santidad. La psicología estudia la conducta humana, los procesos mentales y todo lo relacionado a la experiencia humana. Busca un equilibrio en el bienestar emocional, psicológico y social”, menciona el padre Gutiérrez. Además, el sacerdote agrega que no debe confundirse la dirección espiritual como si se tratara de una consulta psicológica.
1 Diferencias
Confundir el acompañamiento espiritual con el sacramento de la Reconciliación también es común, pero cabe aclarar que no es lo mismo. Acercarse a este sacramento es el momento en que Dios por medio del sacerdote perdona nuestras faltas y nos regala la absolución y la dirección espiritual es un encuentro más prolongado.
2 Labor
El director espiritual es la persona encargada de abrir las puertas del alma y ayudar a que la gracia de Dios pueda actuar y que, dentro de todo este recorrido nos acompañe a buscar la santidad. Además, es quien nos ayuda a volver a Dios cuando nos desviemos del camino.