La ceniza es signo de la fragilidad humana

La imposición de este sacramental, le recuerda al cristiano que está en camino de conversión y, aunque es propia de la Cuaresma, no significa más que la Eucaristía

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El Padre Juan Ángel López, Párroco de la comunidad Sagrado Corazón de Jesús de Tegucigalpa, afirma que este “Es un sacramental, una práctica muy bonita, pero que, si no se acude a ella, no es el fin del mundo”. Esta aclaración radica en el sentido de que muchas personas piensan en esta acción como algo que da “buena suerte” al recibirlo, o le traerá una catástrofe de no hacerlo. Ante esta situación, también el Padre Rigoberto Velásquez, de la Parroquia Cristo Rey de Tegucigalpa, opina que “La invitación directa que la Iglesia hace, es de anunciar a la comunidad que estoy arrepentido de mis pecados y quiero vivir una verdadera conversión”. Lo que ambos presbíteros expresan, se centra en que la imposición es un signo externo, pero que debe de calar en lo más hondo de cada fiel que la reciba. “Si voy a imponerme la ceniza, es porque quiero decirle al mundo que ya no quiero ser la misma persona y que estoy en camino de conversión”, asegura el Padre Rigoberto.

Signo

La imposición de la ceniza, no se refiere a una marca que deba portarse para demostrar que se profesa la fe católica, es más bien un signo que busca ahondar en la vida del ser humano, situándolo en un camino de conversión que implica la renuncia al mal. Una de las frases que contiene el rito de la imposición de la ceniza es “del polvo eres y en polvo te convertirás”, con esto se recuerda al fiel que su vida depende de la voluntad de Dios y que es como un soplo, como fue creada puede ser quitada.

Por otra parte, la imposición de ceniza, se fundamenta en algunas prácticas rituales que aparecen en el Antiguo Testamento. Se hacía para expresar una profunda penitencia y arrepentimiento por una mala acción. Era un acto público, donde se reconocía que había errado y se buscaba el encuentro y la reconciliación con Dios.

Asistencia

A pesar de ser una de las Eucaristías más concurridas del Año Litúrgico, el Miércoles de Ceniza no es una fiesta de precepto, como sí lo son los domingos, las fiestas del Señor y las solemnidades. De manera que, si un católico no puede participar por motivos de fuerza mayor, no incurre en pecado. También conviene recordar que, siendo un sacramental, la ceniza denota un camino que se emprende basado en las renuncias y el reconocimiento del pecado cometido y de la penitencia provocada. La imposición de la misma, no deberá quedarse solo en un acto externo y pasajero, sino, provocar acciones que denoten que Dios hizo su paso por la persona. Finalmente, a la luz de este sacramental y su trasfondo, se emprende un itinerario cuaresmal que estará apegado a la vida cristiana de todo católico.

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