Junio debe de ser un mes para sentirnos orgullosos de ser católicos

Hay varias fiestas y solemnidades que nos llaman a poder orar, meditar, pero, sobre todo, a poder evangelizar con nuestras vidas

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En el corazón del calendario litúrgico, junio resplandece como un mes intensa- mente católico. Las fiestas que celebramos durante es- tas semanas nos recuerdan la profundidad, belleza y riqueza de nuestra fe, y nos invitan a renovar con gozo el orgullo de ser católicos.

Orgullosos

Pentecostés, celebrado este año el 8 de junio, marca la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, y es considerada la “fiesta del nacimiento de la Iglesia”. “Para mí, Pentecostés es una oportunidad de dejarme lle- nar por el Espíritu para seguir sirviendo a Dios con alegría en el canto”, expresa Moisés Suazo, miembro del Coro de la Parroquia El Salvador del Mundo.

El 13 de junio, la Iglesia con- memora a San Antonio de Padua, conocido como el santo de los milagros y el predicador incansable. “San Antonio me recuerda que Dios actúa incluso en lo pequeño. Su humildad y cercanía me inspiran como celebrador de la Palabra a predicar con sencillez y amor”, comparte Carlos García.

Solemnidades

El 15 de junio, celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad, uno de los mayores misterios de nuestra fe. “Contemplar a un solo Dios en tres Personas me enseña que el amor verdadero siempre es comunitario. Eso lo veo reflejado en la comunidad de mi grupo de oración”, comenta Norma Aguilar, miembro de la Renovación Carismática Católica.

El 22 de junio, la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo —Corpus Christi— nos recuerda la presencia viva de Jesús en la Eucaristía. “Cada vez que canto en una Misa de Corpus Christi, siento que mi alma se une al cielo. Es como si cantara para el mismo Cristo presente en la hostia”, dice Moisés Suazo con emoción. El 27 de junio celebramos al Sagrado Corazón de Jesús, símbolo del amor inagotable de Cristo por la humanidad. Y al día siguiente, el 28 de junio, conmemoramos el Inmaculado Corazón de María, reflejo del amor puro y maternal de la Virgen.

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