Estar preparados para enfrentar cualquier circunstancia, es una realidad que merece mucho trabajo, entrega, sacrificio y cumplimiento, entre otros factores que son elementales para desarrollar la evangelización. El deseo de llevar ese mensaje de entrega de amor de Jesús, sobre todo, en Viernes Santo, quedó marcado el corazón de muchos jóvenes de la Diócesis de Juticalpa, que con tiempo anticipado dedicaron horas, días y semanas en la preparación del Santo Vía Crucis, por tal motivo que varios de ellos participaron en diferentes actividades. Sor Glenda Gámez, asesora de los grupos juveniles en la Diócesis, inyectó dinamismo a los jóvenes y estos dispusieron a entregar todo, para ser parte de esta actividad.
Testimonio
Para algunos muchachos y muchachas, su participación fue de entrega en alma, vida y corazón. Tal es el caso de Ligia Uriarte, porque su participación, como cada año, fue una acción de gracias, esto, porque ella es sobreviviente de cáncer. “Tengo 20 años y llevo tres oportunidades de estar participando en el Vía Crucis. Pertenezco al Grupo Juvenil Renacer y también colaboro como monaguilla, y en este 2024 pude representar el papel de la Verónica. Esto lo hago en agradecimiento a Jesús por mi sanación, ya que en el año 2022 fui diagnosticada con un tipo de cáncer denominado Linfoma no Hodgkin, en su tercera etapa”.
Ligia nos cuenta que en ese momento pudo presenciar el milagro que Jesús hizo en ella como la gran intersección de la Virgen María en cuanto a sus suplicas. “Me aferre tanto a Él que nunca tuve miedo durante mi proceso. Fueron días donde pude sentir la presencia de Jesús” dijo y agregó que “mi papel como La Verónica no fue nada más en representarla a ella, sino que también poder ser la mujer que trataba de ayudar a Jesús, así como un día el me ayudo a mí”.
