Cada vez que la energía juvenil se encuentra, se produce un “gran lío” que genera motivación, y lo bueno que trasciende fronteras unificándose para realizar acciones que sean de beneficio para su crecimiento espiritual. Cada año los jóvenes miembros del Encuentros de Promoción Juvenil (EPJ), conocidos como emproístas, tienen un retiro regional, el cual los identifica para motivar a más jóvenes a vivir una mejor cercanía con Dios, promocionar su acercamiento con Cristo y así, de esta manera, ser entes multiplicadores hacia otro jóvenes, ya que generar confianza con el amor de Cristo renueva la esperanza de ver crecer a una juventud apegada al servicio de nuestra Iglesia.
Susan Cáceres, actual coordinadora de la Región Centro de EPJ, pertenece a la Diócesis de Juticalpa, tuvo una participación muy activa y su papel fue fundamental para que esta actividad tuviera éxito. “La experiencia vivida en este REGIHON ha sido de mucha bendición, sobre todo, de mucha esperanza en una juventud que anhela encontrarse con Cristo y trabajar por los jóvenes, promoviendo su testimonio y vocación cristiana”, dijo Cáceres y concluyo diciendo que “como jóvenes de esta zona pastoral, podemos servir en estas experiencias, ya que nos motiva para continuar ayudando a muchachos y muchachas de nuestra ciudad”. En el REGIHON, participaron alrededor de 60 jóvenes de los países de Centroamérica, entre ellos: El Salvador, Guatemala, Costa Rica y Honduras por ser la sede, quienes se reunieron en Valle de Ángeles, Francisco Morazán, en la casa de retiro El Tabor; allí se concentraron en el trabajo con tres objetivos fundamentales: conocer la realidad post pandemia de cada país, revisar y evaluar su acción como movimiento y por último, identificar el nivel de aplicación que tiene cada país sobre el documento “Guía de formación inicial de los centros de guías”.