“Jesús nos invita constantemente a la conversión de vida”

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El Evangelio de Lucas resalta la figura de los pobres, de los pecadores  y de las mujeres, manifestó el p. Rodolfo Varela en la homilía de este jueves 5 de noviembre en la Basílica Nuestra Señora de Suyapa.

El padre dijo que ninguna de estas tres figuras será bien vista en la época de Jesús, ni los pobres, ni los pecadores ni las mujeres, y Lucas trata de resaltar la figura de estas tres personas y hace ver como Jesús tiene una relación cercana con estas personas y como Jesús va dándole la dignidad que se merecen.

Comienza el texto diciendo “se acercaron a Jesús publicanos y pecadores para escucharlo, por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí, ya desde aquí nos marca la diferencia Lucas, entre los publicanos, los pecadores y los fariseos, publicanos y pecadores se acercaban para escuchar a Jesús, estaban abiertos a la escucha de Dios”.

Los fariseos no se acercaban para escuchar, se acercaban para murmurar para criticar, ¿A qué venimos a la Iglesia nosotros? A “escuchar la voz de Dios, o a juzgar o a criticar al hermano, cuidado con eso, “nosotros venimos acá para escuchar la voz de Dios a estar atentos a lo que Jesús nos dice y ante esto Jesús comienza a contar las parábolas de la oveja perdida y de la moneda perdida”.

Además destacó que Jesús está invitando a los fariseos y “nos invita a nosotros a amar a los pecadores ir en busca de los pecadores, ir en busca de los alejados, no para discriminarlos, marginarlos y señalarlos, sino, para traerlos de vuelta casa, de vuelta al rebaño y hacer fiesta y alegrarnos porque los hemos traído de vuelta, no para rechazar, discriminar y rechazar, es para traerlo a casa y hacer fiesta”.

El sacerdote manifestó que Jesús además de amar al pecador, invita tanto a los pecadores, como a los fariseos y a nosotros a rechazar el pecado, no a rechazar al pecador, no a la persona, son las acciones malas las que rechaza Jesús, a las personas Jesús busca convertirlas y “allí debemos aprender nosotros a separar acciones de personas”.

Nosotros sostuvo, estamos llamados a juzgar acciones a las personas debemos de tratar de convertirlas a acogerlas, transformarlas desde nuestro testimonio, no solo desde nuestra palabra, entonces amar al pecador, rechazar el pecado, es decir aceptarlos y dignificarlos, cosas que no tenían en la época, no eran ni dignos, no eran ni aceptados, Jesús los acepta y los dignifica, porque los ama rechaza el pecado y los invita a la conversión.

“Jesús  nos invita constantemente a la conversión de vida, a tener un cambio de vida, y cuando nosotros logramos ese cambio de vida, hay fiesta en el cielo, por eso dice yo les aseguro que hay más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan conversión”.

Y por último lo que les digo, “la relación hombre y mujer en igual dignidad, la parábola de la oveja perdido el protagonista es el pastor hombre, la parábola de la moneda perdida la protagonista es una mujer, cosa que también no era bien vista en la época, una mujer no podía ser protagonista  de una parábola, de una enseñanza y Jesús la pone como protagonista, igual dignidad”.

Jesús viene a ponernos a todo al mismo nivel, señaló, ni unos más arriba ni unos más abajo todos estamos al mismo nivel, ni los pecadores están más abajo, ni el sector más débil de la población pueden estar más abajo todos tenemos que buscar igualdad, todos debemos de buscar equidad, todos debemos de buscar el amor fraterno, el rechazo al pecado, la conversión de vida y la búsqueda de las ovejas perdidas.

 

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