A pesar que la Secretaría de Seguridad reporta una leve disminución del crimen y los homicidios en estos primeros meses de 2021, la problemática a lo interno de esta cartera ministerial es diferente a otros años. La mora de la Tasa de Seguridad que el Gobierno hondureño ha venido arrastrando hasta diciembre de 2020 era de 3,257 millones de lempiras, es decir la recaudación de 16 meses, la que bajó en un 12 por ciento por la emergencia sanitaria que se vive en la región. En 2020,0 el presupuesto para poder hacerle frente al combate a la delincuencia, bajó unos 292 millones de lempiras.
Contradicciones Pese a ese presupuesto destinado a la nación, Honduras continúa siendo el país más violento de Centroamérica, según los datos proporcionados por un informe del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH) a través de su directora, Migdonia Ayestas. “Vemos como en lo que va del año ya suman 75 homicidios más que en 2020 a esta misma fecha” apuntó Ayestas y agregó que estos son datos proporcionados por la misma Secretaría de Seguridad.
Otras estadísticas revelan que los homicidios superan los 38 por cada cien mil habitantes, a pesar que desde el 2012 se implementó el pago tributario de esta tasa para poder solventar la crisis por la violencia, pero de momento, el Gobierno está enfrentando problemas para hacerle frente a algunos compromisos como la falta de pago a las empresas encargadas del alquiler de las unidades que funcionan como patrullas, lo que llama poderosamente la atención en analistas en la materia. “Creemos que lo que tiene que hacer la institucionalidad es optimizar los recursos, porque se ha hecho una inversión en dar otra cara a las fuerzas de seguridad, pero la sensación de vivir en un país seguro no ha logrado concretizarse” expuso el analista Raúl Pineda.