Honduras en el corazón de Centroamérica, se ha convertido en un país con riqueza cultura, gastronomía, naturaleza y otros rubros, pero a su vez sometida en el lodo del narcotráfico, la corrupción, inseguridad y crimen organizado, flagelos que se han intensificado en los últimos 12 años, por lo que ante el cambio de color del símbolo mayor, esto sería como un renacer y florecer lo ha calificado el sociólogo Armando Orellana.
Desde 1,949 es oficial que la bandera de Honduras es color turquesa, o dicho así, de azul tono turquesa. Oficial desde que el presidente Juan Manuel Gálvez, notó la diferencia de tonos con las que se presentaba el pabellón hondureño en actos oficiales, civiles, militares y mercantes.
La bandera como símbolo de identidad internacional, es la imagen de una nación y ante el cambio del mismo, solo refleja como los intereses de querer dar un giro de 360 grados a una nación marcada y manchada, llegando a ser vista de menos en el extranjero.
Siendo la bandera el símbolo patrio que provoca la emoción de pertenencia e identidad la ciudadanía ha respaldado este accionar, manteniendo la esperanza de un nuevo amanecer.
Instituciones como las Fuerzas Armadas y otros entes de seguridad, desde el 17 de enero comenzarán a utilizar en sus ornamentos el monograma de la bandera nacional en el tono azul turquesa.
La Bandera Nacional de Honduras constará de tres franjas iguales y horizontales, la superior y la inferior de color azul turquesa, la del centro blanca y llevará en medio cinco estrellas de cinco ángulos salientes del mismo color azul, según el decreto número siete, emitido en fecha 1,886.