Dentro de la familia se viven momentos amenos, de felicidad y de sano compartir, pero a veces en medio del mismo hogar escuchamos hablar mal unos de los otros, lo que convierte la armonía y paz en un ambiente tóxico. El consejero familiar Roger Martínez, hace un análisis de esta situación al expresar que “En uno de los mandamientos de la ley de Moisés se nos dice que no debemos levantar falsos testimonios, además, el Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que no solo es levantar falsos testimonios, sino realmente hablar de la gente de manera inadecuada demeritando su buena fama, su honor o incluso hablar mal de alguien que no está presente, eso es una norma moral universal”.
El especialista considera que “a la familia se le debe lealtad, respeto y que francamente el hablar mal de los miembros de la familia, es atentar contra los lazos que los unen, también contra la imagen, incluso de los que no comparten dentro del primer núcleo”. Hay una frase muy bonita que nos dice San Josémaria Escrivá que nos recuerda que “Si no haz de alabar, cállate” y el licenciado Martínez manifiesta que “los padres tenemos que dar ejemplo a los hijos, sino tenemos nada bueno que decir de alguien, debemos callarnos y esto en la familia, debe de ser una obligación”.
Conflictos
Según el psicólogo Roberto Ochoa, estos comentarios generan conflictos en la familia nuclear y la familia extensa. “¿Qué pasa cuando estos conflictos van más allá de la familia nuclear e inician conflictos por opiniones poco apropiados o sin fundamentos? esto genera una separación entre los miembros, incluso puede generar agresividad física” comentó Ochoa.
El experto agrega que “este tipo de conducta se ve en cualquier familia y siempre vamos a encontrar comentarios negativos hacia uno de los miembros del grupo”. Esto afecta tanto, que se hacen irreparables los malos comentarios, generando conflictos que llegan a persistir por mucho tiempo. “Es por ello, que es importante aplicar la prudencia y el buen ejemplo de los padres para evitar caer en esta mala costumbre que afecta por mucho tiempo” concluyó.
1 Afectación
El psicólogo Ochoa da consejos para quienes se sienten atacados en la familia y sugiere que en primer lugar no se tiene que creer todo lo que se dice y que, si de alguna manera se descubre una habladuría, se deben de examinar las palabras, actitudes y por qué se han dicho.
2 Enojo
Al descubrir que están hablando mal de algún miembro de la familia procure no enojarse, porque el enojo cierra la posibilidad de racionalizar la situación y la agrava. Se debe de confrontar el problema, pero siempre sabiamente y con argumentos.
3 Confrontación
Analice si vale la pena confrontar o no los malos comentarios. Hay que ser sabios, incluso es bueno aplicar el dicho que “Se necesitan dos para pelear”. Don Roger Martínez aconseja meditar si eso que se dice es realmente importante. “La familia siempre será familia, así que se debe tratar de resolver los conflictos en paz” añadió.