TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El Papa Francisco marcó un antes y un después en la historia reciente de la Iglesia. Su estilo cercano, su voz profética y sus gestos concretos lo convirtieron en un líder espiritual profundamente humano y comprometido con los más olvidados. En Honduras, su partida ha dejado una huella imborrable. Durante más de una década, el pueblo hondureño sintió de cerca el afecto del Santo Padre. Su preocupación por los migrantes, su respaldo a los pueblos originarios, su llamado a cuidar la casa común y su apuesta decidida por una Iglesia sinodal han sido faros que siguen iluminando a esta nación centroamericana.
Legado
“Sabemos que el Santo Padre llevó adelante una misión asombrosa dentro de la Iglesia con signos, con gestos, con reformas… nos dejó una Iglesia sinodal que está realizando el ideal del Concilio Vaticano II”, expresó el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, Arzobispo Emérito de Tegucigalpa, quien acompañó a Francisco como parte del Consejo de Cardenales. Esa sinodalidad, entendida como el caminar juntos, ha marcado la vida pastoral en Honduras. “Con el Papa Francisco descubrimos que la comunión es posible cuando escuchamos a todos, incluso a los más pequeños”, comentó Monseñor José Vicente Nácher Tatay, Arzobispo de Tegucigalpa.
Cercanía
Los más desfavorecidos sintieron su cercanía, especialmente los migrantes. “Lo lloran, pero especialmente aquellos a los cuales les dio palabra, a los cuales estuvo muy cerca, especialmente los migrantes, aquellos que no tienen voz”, dijo Monse- ñor Simón Bolívar Sánchez Carrión, Nuncio Apostólico en Honduras. Francisco alzó la voz ante la realidad de los hondureños que han tenido que abandonar su tierra. En 2018 se refirió con preocupación a la caravana migrante, e incluso calificó el rechazo a los migrantes como un “pecado grave”.
Gestos
Una de las acciones más significativas del Papa hacia Honduras fue la donación para restaurar el templo y monasterio de Luquigüe, en la Diócesis de Yoro, un espacio sagrado para la comunidad tolupán. “Gracias al Santo Padre, se logró que donara los fondos para la primera etapa de la restauración”, compartió el Padre Marcio Mejía, Párroco del lugar. Este apoyo confirmó su opción preferencial por los pueblos originarios y su sensibilidad hacia las culturas que buscan preservar su fe en medio de la adversidad.
Defensor
El obispo de Trujillo, Monseñor Jenry Ruiz, compartió una experiencia conmovedora: “El Papa se sintió muy conmovido al saber del asesinato de Juan Antonio López, defensor del medio ambiente en Honduras… hizo casi un silencio profundo de conmoción en su corazón”. Ese mismo espíritu está reflejado en su encíclica “Laudato si’”, donde advirtió sobre el deterioro ambiental como una amenaza a la dignidad humana. Francisco se convirtió en el Papa más ecológico de la historia. Hay que recordar que el Papa en varias ocasiones se refirió a Honduras en momentos dolorosos, como cuando el paso devastador de los huracanes Eta y Iota en noviembre de 2020.
Relaciones
La presidenta Xiomara Castro fue recibida por el Papa en 2022. “Honduras ha tenido una magnífica relación con la Santa Sede… se trataron temas como el combate a la pobreza, una de las peticiones que el Papa Francisco hizo”, aseguró el canciller Eduardo Enrique Reina. Francisco no visitó Honduras, pero su presencia se hizo sentir en los gestos, en las palabras y en las reformas que inspiró. La designada presidencial de Honduras, Doris Gutiérrez resaltó que “el Papa Francisco es un referente de humildad, inclusión y defensa del planeta” Gutiérrez valoró también el espíritu inclusivo del Papa, quien se mantenía cercano a los migrantes, a las mujeres, y a los pobres.
“Hasta el final, Francisco fue un Papa de la paz; cuando la obra de la vida se ha hecho bien, se nota… y él lo hizo muy bien”, concluyó. Lo anterior es prueba que el papa Francisco siempre tuvo presente a Honduras además una entrañable amistad con los obispos de las distintas diócesis y arquidiócesis del país. El Papa Francisco no fue solo un líder de la Iglesia, sino un hermano para los que sufren. En Honduras, su nombre queda grabado en las montañas, en los campos de migrantes, en las comunidades indígenas y en el corazón de la Iglesia que él animó a caminar unida.
1 Periferias
La mirada de Francisco estuvo puesta en las periferias: no solo geográficas, sino existenciales. En Honduras, esas periferias son las aldeas olvidadas, las comunidades indígenas sin acceso a salud ni educación, los barrios donde reina el silencio del abandono.
2 Diálogo
El Santo Padre insistió en el diálogo como camino de paz interpelando a sociedades polarizadas como la hondureña. No hay futuro en la confrontación constante. Solo si se escucha al otro — aun al que piensa distinto—, se puede reconstruir el tejido social. El Papa llamó a una política del bien común, donde el centro no sean los intereses, sino las personas.
3 Esperanza
A los pueblos que viven entre la violencia, la corrupción y la impunidad — como Honduras—, les recordó que Dios no se desentiende del sufrimiento humano. La esperanza no es ingenuidad, sino la certeza de que el bien es más fuerte que el mal. Francisco invitó a no rendirse, a seguir luchando, sabiendo que cada acto de amor y justicia tiene un valor eterno.