13 son los hombres y mujeres que han demostrado que la vida en Cristo llena y salva a la juventud. Con respecto a esto, el arzobispo Manuel Clemente, Cardenal Patriarca de Lisboa, dio a conocer este miércoles los 13 patronos que se han elegido para la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará del 1° al 6 de agosto de 2023 en Portugal.
Estas personas, que han nacido en la ciudad que acoge la JMJ o proceden de los diversos rincones del globo, son “modelos para los jóvenes”, afirma el comunicado del Comité Organizador Local, el COL.
Madre por excelencia
La primera patrona es la Virgen María, “la joven -se lee en el texto- que aceptó ser la madre del Hijo de Dios encarnado”. “Ella, que se levantó y se dirigió apresuradamente a la montaña, para encontrarse con su prima Isabel, llevándole al Jesús que había concebido”, añade. De hecho, es conveniente recordar que “María se levantó y partió sin demora” (Lc. 1,39) es la cita bíblica elegida por el Santo Padre Francisco como lema de la JMJ 2023.
San Juan Pablo II el papa de la juventud
Los santos patronos son esas personas que han dedicado su servicio a la juventud, ejemplo de ello es San Juan Bosco, a quien San Juan Pablo II declaró como “Padre y Maestro de la Juventud”.
Santos y beatas lisboetas
“Con el apoyo celestial de algunos santos lisboetas, los cuales partieron de aquí para anunciar a Cristo”, se contará para celebrar en Lisboa la Jornada, entre ellos están: San Antonio, San Bartolomé de los Mártires y San Juan de Brito.
Por otra parte, en la conformación de beatos escogidos están: Juana de Portugal, quien era la hija del rey Alfonzo V; el joven jesuita João Fernández, martirizado frente a las costas de las Islas Canarias; y María Clara del Niño Jesús, una joven aristócrata nacida en las afueras de la capital, que quedó huérfana muy pronto, pero decidió convertirse en “madre” de los indigentes.
Patronos de otros tierras
Seguidamente el Cardenal Patriarca expone el testimonio de otros dos patronos, procedentes de otras latitudes, como es el caso del beato Pedro Jorge Frassati, a quien Juan Pablo II denomino como “el hombre de las ocho bienaventuranzas”, y por su puesto el beato Marcel Callo, de Francia quien falleció en un campo de concentración.
Beatos de la actualidad
Clemente también señala que hay otros dos “benditos jóvenes” que también “partieron”, incluso cuando la enfermedad inmovilizó sus cuerpos, pero no sus corazones, como Cristo clavado en la cruz, que luego fue al Padre y nos salvó a todos con la vida que dio.
Se trata de la beata Chiara “Luce” Badano, una joven focolarina, que a los 16 años fue golpeada por una enfermedad y murió dos años después, en 1990, y del beato Carlo Acutis, que murió de leucemia en Monza a los 15 años.
