El conocimiento de uno mismo fue el tema central de la audiencia general dada por Su Santidad este día. Continuando con el tema del discernimiento, destaca que muchas veces las decisiones que tomamos nos llevan por el camino incorrecto porque “no sabemos bien qué queremos, no nos conocemos bien”.
“El olvido de la presencia de Dios en nuestra vida va a la par que la ignorancia sobre nosotros mismos, ignorar a Dios e ignorarnos a nosotros, la ignorancia sobre las características de nuestra personalidad y sobre nuestros deseos más profundos”, expresó el Santo Padre.
En el camino a conocernos debe haber paciencia y constancia, debido a que es un trabajo que “no es difícil, pero es fatigoso”. Debemos hacer una pausa y pensar cada una de las decisiones que tomamos, aun las que cotidianamente hacemos “en piloto automático”. Nuestra realidad a veces puede verse tergiversada por lo que sentimos en el momento, por lo que es importante saber diferenciar entre lo emocional y lo espiritual.
Las tentaciones y las vías que nos pueden desviar del camino del Señor se presentan fácilmente en el día a día, en los lados menos esperados. “Pueden ser, por ejemplo, el título de estudio, la carrera, las relaciones, todas cosas en si loables, pero hacia las cuales, si no somos libres, corremos el riesgo de nutrir expectativas irreales, como por ejemplo la confirmación de nuestro valor”, dijo el Papa Francisco en relación a estas situaciones que, si no están fundamentadas en la libertad, nos pueden llevar por el camino incorrecto aunque parezcan ser cosas buenas.
Su Santidad destaca también el examen de conciencia diario, una evaluación al final del día donde nosotros echamos un vistazo a todas nuestras acciones realizadas. Nos llama a preguntarnos el por qué hacemos lo que hacemos y hacia donde nos lleva. Que cosas nos han hecho realmente felices y cuales nos han traído tristeza, todo con el fin de irnos conociendo, poco a poco, a nosotros mismos.
