En misión | La Misión es Comunión y Universalidad

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Hoy concluyo la reflexión del discurso del Papa León XIV para la Asamblea General de Obras Misionales Pontificias (OMP), realizado el 22 de mayo del 2025. Participé en este encuentro debido a mi condición de director nacional de OMP Honduras, designado por nuestra Iglesia. Referente a la Comunión y la Misión nos dice el Papa: “El tomar conciencia de nuestra comunión como miembros del Cuerpo de Cristo nos abre naturalmente a la dimensión universal de la misión evangelizadora de la Iglesia, y nos inspira a ir más allá de los confines de nuestras propias parroquias, diócesis y naciones, para compartir con toda nación y pueblo la sobreabundante riqueza del conocimiento de Jesucristo (cf. Filipenses 3, 8).”

(Discurso del Papa León XIV a la Asamblea General de OMP, 22/mayo/2025) Y es que el sabernos parte de un “Cuerpo”, es saber que no somos únicos, ni menos un todo; más bien conformamos un engranaje complejo de algo más grande y nuestras acciones repercuten en todo el conjunto. Por ello, la común-unión (comunión) nos debe llevar a un sentido de Universalidad, de un Todo. También este sentido corporal nos debe animar a realizar las labores espirituales y materiales capaces de ayudar a todo el organismo; especialmente, tener sensibilidad por esas partes más débiles y frágiles, para cuidarlas y hacerlas crecer, en una dinámica de desarrollo.

El origen divino de la comunión nos los explica el Papa así: “Es en la Trinidad en quien todas las cosas encuentran su unidad. Esta dimensión cristiana de nuestra vida y misión la llevo en mi corazón, y se refleja en las palabras de san Agustín que elegí para mi servicio episcopal y ahora para mi ministerio pontificio: In Illo uno unum. Cristo es nuestro Salvador y en Él somos uno, la familia de Dios, más allá de la rica variedad de nuestras lenguas, culturas y experiencias.” (Discurso del Papa León XIV a la Asamblea General OMP, 22/mayo/2025). Es esta unidad de tres personas en un solo Dios es el ejemplo primerio al que estamos llamados como Iglesia y como humanidad. Cada uno, con su particularidad, se debe sentir parte del genero humano y de la trascendencia. ¡Que el Espíritu Santo nos vaya edificando como discípulos-misioneros capaces de ser agentes de comunión y universalidad en nuestros entornos!

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