La cooperación misionera es una de las bases fundamentales para la misión de la Iglesia universal. Es un apoyo concreto que cada bautizado ofrece con sus sacrificios, oraciones y ofrendas para que nunca falten los recursos espirituales y materiales y así la Palabra de Dios llegue a todos los rincones del mundo. Desde sus inicios se forjó en las primeras comunidades el espíritu de ayudar a las Iglesias nacientes y más necesitadas.
Un ejemplo de ello es la colecta que pide el apóstol Pablo a las comunidades cristianas que él fundó, para apoyar a la Iglesia de Jerusalén que pasaba una gran pobreza, ya que con lo que tenía, no se podía sostener (Hechos 11, 29- 30). Así a lo largo de la historia, la cooperación de cada miembro de la Iglesia se manifiesta como un servicio y una ayuda ante la necesidad real de los miembros del cuerpo de Cristo (1 Cor 12, 12-31).
El ayudar para que otros reciban el Evangelio se convierte en un acto de fe, en caridad misionera y en un deber espiritual imprescindible. La Beata Paulina María Jaricot fundadora de la Obra de la Propagación de la Fe, la inició en 1820 en Francia, buscando personas para que semanalmente rezaran y donaran una (1) monedita para las misiones. Su mayor deseo era que Jesús llegara a toda la humanidad y entendía que ella misma y todos los que le rodeaban debían de cooperar como un acto profundo de amor y de fe.
Paulina Jaricot nos anima e impulsa a contribuir hoy, tanto espiritual y materialmente con ese mismo espíritu y que nuestros dones alivien las necesidades de nuestros hermanos en tierras de misión. Mil gracias queridas diócesis, parroquias, comunidades, hermanos y hermanas todos por su cooperación espiritual y material que ofrecen cada día, mes y año por medio de la oración, sacrificios y ofrenda. Su contribución en el Domund se pone cada año a disposición del Papa Francisco, para que a través del Dicasterio para la Evangelización sea destinada a donde más la necesitan. Lo que usted dona en el sobre y en la colecta de las Misas o Celebraciones de la Palabra del Domingo Mundial de las Misiones es la mano que usted tiende a la Iglesia que sufre en las tierras de misión. Muchas gracias por apoyar a la Misión en el mundo. Dios les pague.
