El Padre Rodolfo en la misa de hoy jueves en la Basílica Nuestra Señora de Suyapa nos recordó que cuando Jesús dice que ha venido a traer fuego a la tierra, no es que sea pirómano, el fuego al que se refiere el Señor, es el fuego del amor.
El padre dijo que esta imagen del fuego comparado con el amor es porque tienen características en común, una de las características común, entre el fuego y el amor de Dios es que ilumina, cuando nosotros estamos sumidos en la oscuridad de la tristeza de la depresión, de la angustia, es el amor el que va a iluminar esa oscuridad.
Por eso muchas sostuvo, se convierten en la medicina del alma con su amor, van iluminando esa oscuridad que hay en nuestro interior y es Dios mismo que nos ilumina con ese amor, a diferencia del amor de una persona, que puede ser temporal y pasajero el amor de Dios ilumina por siempre si nosotros nos dejamos abrazar por ese amor.
“Si dejamos que ese amor entre en nuestras vidas, para iluminar, el amor de Dios también es comparado con el fuego, porque el fuego sirve para alimentarnos, con el fuego que nosotros cocinamos nuestros alimentos”.
El sacerdote manifestó que el amor de Dios alimenta nuestra alma, nos va nutrir, no nos nutre el odio no nos nutre la tristeza, no nos nutre la envidia no nos nutre la ira, lo que nutre nuestra alma es el amor de Dios, “si nosotros nutrimos nuestra alma, y queremos nutrir nuestra alma con otra cosa, no la vamos a nutrir, la vamos a enfermar, es como aquella persona que queriendo alimentarse bien come comida chatarra, no se va a nutrir, se va terminar enfermando”.
El único alimento bueno para nuestra alma es el amor de Dios continuó y en tercer lugar, el amor de Dios se compara con el fuego y allí es donde cuesta, y cuesta aceptar el amor de Dios, es porque el amor de Dios igual que el fuego purifica, como se purificaban los instrumentos antes cuando no se tenía alcohol o la agujas cuando se iba a perforar las orejas a las niñas con fuego.
El fuego te va a purificar señaló, y te va a decir ciertas verdades a la cara que te va a sentir incomodo y cuando no estamos listos para recibir esta purificación es que viene la división de la que habla el Señor, no todos somos aptos para recibir el fuego del amor, para recibir esta purificación y allí es donde va haber cierta división y nos vamos alejar unos de otros.
Además recalcó “pensamos que el amor de Dios es todo suavecito y blandito y el amor de Dios quema arde purifica no solo es caricia, también es purificación que te va a consumir en todas tus impurezas”.
“Pidámosle a Dios hoy por intercesión de San Juan Pablo II no tener miedo como decía el mismo santo de abrirle las puertas de nuestro corazón a Cristo, que nos va amar con este amor que purifica, pero que también ilumina y alimenta” concluyó.