A diferencia de los diáconos permanentes, el que ha sido ordenado de manera transitoria, aguarda con paciencia el día para recibir el segundo grado del sacramento del Orden. El sí que un hombre da al Señor por medio de esta vocación es de valentía y una opción a ejemplo de Jesús, convirtiéndose en el siervo de todos.
Explicación
Para la Iglesia es de suma importancia el semillero vocacional que cada comunidad fortalece con sus oraciones y, de mayor razón, cuando los candidatos son ordenados. Ante este momento histórico en la vida eclesial, se debe de estar claro que los consagrados reciben un llamado a ser servidores. Para Osman Laínez, diácono transitorio, este llamado está fundamentado en lo que la Iglesia les ha enseñado, tomando en cuenta sus debilidades y fortaleciendo las virtudes. “Más que un requisito, este paso es una reafirmación del llamado que he recibido”, sostiene Laínez, quien espera con devoción, poder ser el sacerdote que las comunidades esperan y por el cual oran cada día.
Llamado
Cada llamada vocacional exige renuncia, firmeza y convicción, por lo que Su Eminencia Óscar Andrés Cardenal Rodríguez, Arzobispo de Tegucigalpa, les pide a los diáconos que “Sean personas de oración y que enseñen a sus fieles a orar’’. Los diáconos deben potenciar el don de discernir qué es lo mejor por el bien de la comunidad, dedicándose a reconciliar, a poner paz y a que estén dispuestos a dialogar, afirma el arzobispo de Tegucigalpa, quien también expresa que “los diáconos tienen un trabajo misionero por hacer y se debe hacer bien”. Estas invitaciones del cardenal Rodríguez, deben de reforzar la imagen del diacono transitorio, llevando su mirada hacia el buen término: la ordenación sacerdotal y el buen ejercicio ministerial. El ejemplo de San Lorenzo, patrono de los diáconos, es impregnar aun en las circunstancias más complejas, el amor de Dios en el corazón.
Fundamento diaconal
Podemos fundamentar que los doce apóstoles, contando con el consentimiento unánime de la comunidad cristiana, eligieron siete hombres llenos de espíritu y de saber para la tarea de servir las mesas y los animaron para este ministerio mediante la oración y la imposición de manos, esto según el libro de los Hechos de los Apóstoles 6, 1-6. No es muy claro si estos diáconos fueron ordenados en el sentido que se entiende hoy, pero sus funciones se convirtieron en el centro del ministerio diaconal.