Esta celebración al Señor, es interpretada como un símbolo de amor divino. En 1675, Jesús mismo se apareció a Santa Margarita María Alacoque con estas palabras: “He aquí el corazón que ha amado tanto a los hombres, que no se ha ahorrado nada hasta extinguirse y consumarse para demostrarles su amor y en reconocimiento no recibo de la mayoría sino ingratitud”. El padre Héctor López, párroco de la comunidad Madre Dolorosa, es un fiel devoto del Corazón de Jesús. Él manifiesta que este fervor es un acto de amor en el que el Señor pide ser amado y con ese amor, ser reparado. “Normalmente buscamos a Dios para saciar nuestras necesidades, pero esta vez es Él quien pide algo de nosotros, ese algo, es el amor”, dijo el presbítero. Con esta devoción, podemos crecer en el propósito de salir de nuestro egoísmo y pensar en el daño que causan nuestras acciones y, también, en el bien que genera el amor que damos.
Confianza
El hacer conciencia del dolor y la herida nos ayudaría a comprender esta devoción y confiar más en ella. Son los pecados de la humanidad los que causan tanta afición al Dios del amor, debemos descubrir y reconocer lo que hemos causado y de esta manera reparar el corazón de Jesús.
Propagación
“La mejor manera de promover la confianza en el Sagrado Corazón de Jesús, es mostrar con la propia vida lo hermoso que es adorarle y lo agradable que es ser ofrenda de amor” menciona el Padre López En su relevación a Santa Margarita María Alacoque, Jesús promete 12 gracias especiales a quienes sean fieles a esta devoción, entre ellas está la paz a sus vidas y familias, consuelo, salvación de las almas y conversión de los corazones.
