Vatican News-Francisco dejó a un lado el discurso que tenía preparado para los jóvenes timorenses y mantuvo con ellos un largo diálogo sobre la familia y el amor a la patria. E insistió en dos consejos: hagan ruido y respeten a los ancianos. El Papa concluye su visita de tres días a Timor Oriental. Insta a los jóvenes a ser protagonistas responsables y libres del futuro de su nación.
El encuentro con los jóvenes puso fin a la visita del Papa a Timor Oriental. El Centro de Convenciones de Dili acogió a unos tres mil jóvenes dentro y fuera de la estructura, a los que Francisco expresó una vez más su asombro por conocer un país en el que más de la mitad de la población tiene menos de 30 años, y que lleva la sonrisa en los labios.
Las generaciones anteriores se han sacrificado para consolidar el país y ahora corresponde a esta nueva generación continuar la obra. «Son los herederos de quienes los precedieron en la fundación de esta nación. Así que no pierdan su memoria». Para ello, dijo el Pontífice, se necesita entusiasmo, soñar a lo grande, como indica la Exhortación Apostólica Postsinodal Christus vivit. De hecho, este documento fue citado en el testimonio de uno de los jóvenes, y a partir de él Francisco exploró tres conceptos: libertad, compromiso y fraternidad.
Libertad
Ser libre no significa hacer lo que uno quiere, sino actuar con responsabilidad. «No pierdas el entusiasmo de tu fe. Y cuidado con las adicciones, porque llegan los llamados ‘vendedores de felicidad’. Venden drogas, tantas cosas que te dan felicidad durante media hora, nada más». Recordó un dicho en la lengua tetum de Timor Oriental: «ukun rasik-an», que significa «cada uno es capaz de gobernarse a sí mismo».
El Papa dijo que los jóvenes deberían recordar el verdadero significado y propósito de la libertad. «Ser libres no significa hacer lo que queremos», dijo, señalando que la libertad significa respetar a los demás y cuidar nuestra casa común. Un joven que no es capaz de gobernarse a sí mismo, que no son capaces de vivir el “ukun rasik-an” , es un chico dependiente, es un esclavo. Ser esclavo de su propio deseo, creerse omnipotente, arrogante.
Un joven puede ser comprometido, que trabaja, que ama la simplicidad. El Papa definió el perfil de un chico comprometido, aquel que trabaja y tiene responsabilidades. Un joven que ama la compañía de los hermanos, de las hermanas, que ama la patria.
Fraternidad: respetarse a pesar de las diferencias
Por último, a propósito de la fraternidad, el Papa dijo que las diferencias son útiles para aprender a respetarse. ¡Sí a las diferencias, no al odio! Y el Papa concluyó con dos consejos que repitió innumerables veces: hacer ruido y respetar a los ancianos.
Francisco no parecía querer irse de Timor Oriental; agradeció su acogida y dijo: «Nunca olvidaré vuestras sonrisas. No dejen de sonreír». El Papa Francisco concluyó su encuentro con los jóvenes timorenses instándoles a recordar el ejemplo que dio Jesús en el perdón y la reconciliación.
En cuanto al compromiso, el Pontífice habló también de los dos mayores tesoros de una sociedad: los niños y los ancianos.
«Los niños y los ancianos», dijo el Papa. «Una sociedad que tiene tantos niños como ustedes debe cuidarlos. Y una que tiene tantos ancianos, que son la memoria, debe respetarlos y cuidarlos.» Los jóvenes tienen que soñar cosas grandes, quien no sueña se ha ya “jubilado” de la vida.