“La respuesta cristiana a esta situación es el amor y la búsqueda del bien común”.
En su audiencia general desde el Cortile di San Damaso, el Papa dijo que para superar la crisis generada por la pandemia “deberíamos buscar entre todos, el bien común. Pero vemos que algunos, lamentablemente, lo que buscan es aprovecharse para obtener ventajas económicas o políticas”.
Francisco explicó que no se trata de amar sólo a quien me ama; “sino a todos, incluso a los que no me conocen, a los extranjeros, o a quienes me han hecho sufrir”. El amor verdadero también se extiende a las relaciones sociales, culturales, económicas y políticas.
El Santo Padre enfatizó que “una sociedad sana es la que se hace cargo de la salud de todos”.
TEXTO DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL:
Queridos hermanos y hermanas:
La crisis que estamos viviendo a causa de la pandemia nos afecta a todos. Para superar este momento difícil deberíamos buscar entre todos, el bien común. Pero vemos que algunos, lamentablemente, lo que buscan es aprovecharse para obtener ventajas económicas o políticas.
Otros intentan dividir y fomentar conflictos, y también hay personas que permanecen indiferentes ante el sufrimiento de los demás.
La respuesta cristiana a esta situación es el amor y la búsqueda del bien común. El amor verdadero cura, sana, nos hace libres y fecundos, es expansivo e inclusivo. Amar como Dios nos ama no es fácil, pero es un arte que podemos aprender y mejorar. Porque no se trata de amar sólo a quien me ama, a mi familia, a mis amigos; sino a todos, incluso a los que no me conocen, a los extranjeros, o a quienes me han hecho sufrir. El amor verdadero también se extiende a las relaciones sociales, culturales, económicas y políticas, así como a la relación con la naturaleza.
El coronavirus nos muestra que el bien para cada uno es un bien para todos, que la salud de cada persona es también un bien público. Por eso, una sociedad sana es la que se hace cargo de la salud de todos. Y a este virus que no conoce fronteras ni hace distinciones sociales, es necesario que le respondamos con un amor generoso, sin límites, que no hace acepción de personas, que nos mueve a ser creativos y solidarios, y que hace surgir iniciativas concretas para el bien común.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos a Dios, Trinidad de amor, que nos ayude a cultivar la virtud de la caridad, a través de gestos de ternura y cercanía hacia nuestros hermanos. Así, con su ayuda, podremos curar el mundo, trabajando unidos por el bien común.
Que el Señor los bendiga.