El año anterior fue aleccionador en todos los sentidos a causa de la pandemia, pero uno de los aspectos que más afectó, fue la educación, en donde hay muchas lecciones por aprender. Hubo muchos obstáculos que enfrentar, entre ellos, el poco acceso a la tecnología para alumnos y maestros.
A criterio de Onán Cálix, dirigente magisterial, se debió invertir en educación desde hace muchos años. “Es importante la capacitación, la actualización permanente de los docentes en tecnologías de la información, otra de las lecciones aprendidas es que necesitamos los libros de texto para los niños y niñas del área rural. Además, es necesario que el Gobierno invierta en tecnología educativa, computadoras, tabletas, Internet y otras necesidades básicas para el sistema educativo” apuntó.
Por otra parte, Cálix recalcó que “estamos pagando la enorme factura, porque los gobiernos nunca quisieron invertir en educación, sino que solo han querido invertir en seguridad”. Propuesta Daniel Esponda, otro de los dirigentes magisteriales, pide al Gobierno que “Busque una alternativa para garantizarle a los casi dos millones de hondureños en edad escolar, el derecho a la educación. Además, es urgente buscar otras opciones, para que el sistema educativo siga avanzando” detalló.
Diana Blandin, madre de familia, opina que el año pasado, le ha dejado muchas lecciones. “Comprendí la labor que se hace desde las aulas de clase, es difícil enseñar a sus hijos, uno se da cuenta, que el maestro enseña valores; en mi caso tocó alentar a mis hijos incentivarlos, decirles que, si pueden, uno de padre debe insistir y felicitarlos por sus
logros, no debemos claudicar, ni renegar, sino que demostrarles a los niños que si podemos” recalcó Blandín.