Desde San Matías el protomártir hasta figuras que han sufrido el martirio en la actualidad a causa de odio a la fe, vemos esta forma de demostrar la tenacidad de creer en Dios, como una vía que nos conduce a un encuentro más pleno con el Señor.
Entrega
Para el padre José Isabel Casco, párroco de la comunidad San Lorenzo de la diócesis de Choluteca, el ejemplo de San Lorenzo es que “Se entregó por amor a Dios y a la iglesia y en este siglo XXI, nos invita a vivir la experiencia de fe con mucho fervor, por lo que no escatimó tiempo y espacio para defender a los pobres y la fe”. El presbítero considera que “como cristianos, debemos imitar su ejemplo, su vida, la forma en como creyó porque es para nosotros una verdadera invitación para donarnos”. El martirio de San Lorenzo, fue en una hoguera tipo parrilla.
Modelo
San Lorenzo, además de ser un ejemplo en el martirio, es un modelo de servicio, demostrando que el verdadero poder está en darnos a los demás, menciona el presbítero José Casco, quien también expone que “es un bonito ejemplo de vida para la actualidad que la riqueza de la iglesia se encuentra en los pobres”.
Cuando se habla de servicio, es imposible no relacionarlo con San Loren- zo, por ser diácono, un con- sagrado que sirvió hasta los últimos momentos de vida, rezando por la conversión de quienes lo habían llevado al suplicio. El legado del santo, lo deja plasmado en el momento propio de su martirio, cuando el deseo ferviente de estar con Jesús, lo llevó a aca- llar los dolores y ardores del sufrimiento.
1 Gracia
El martirio no se busca, es concedido por Dios en circunstancias “habituales” de las diferentes realidades que vive quien padece por la causa del Señor, es dado a quienes aceptaron hacer todo por el reino incluso aceptar la muerte.
2 Mensaje
Con enseñanzas que siguen vigentes bajo las premisas de dar a conocer que la voluntad de Dios debe aceptarse, es también un mensaje para tener radicalidad por el seguimiento del Señor, dejando lo vano a un lado para evangelizar.
3 Donación
La muerte martirial de una persona, es un darse por completo al Señor, despojando su vida en manos de Él, en defensa de la verdad y la justicia; también implica compenetrarse en el servicio de la iglesia, radicalidad necesaria para darlo todo.