El tiempo de Adviento es propicio para renovarnos y de dejar que el Espíritu Santo vaya apoderándose de nuestros corazones. Esto lo han experimentado más de un centenar de jóvenes de la Arquidiócesis de Tegucigalpa de las parroquias: Santa María de la Esperanza, Inmaculada Concepción, Cristo de las Mercedes y Cristo Resucitado, en las que cada uno se contó con la presencia el obispo Auxiliar de Tegucigalpa Monseñor Teodoro Gómez, quien coincidió en las celebraciones en aprovechar este tiempo y ser testigos fieles del Evangelio. El prelado les dijo a los ahora confirmados que “Deben de dar fe que hemos nacido de nuevo, dejando practicas antiguas para ser aquellos que atraigan a los demás a los caminos del Señor, iluminados siempre por su Palabra”.
Para Odalis Colindres, una de las que realizaron este paso tan importante en la fe, esto la compromete. “Soy ahora un ejemplo de que Dios transforma la vida de los creyentes, que debemos disponer nuestro corazón y dedicarle a Él el tiempo que se merece”, manifestó.
Mientras que para don Rodolfo Andrade, quien es padrino de un joven, aduce que “Al adquirir este compromiso me hace renovarme en mi fe, y aplicar lo que mis padres y abuelos me inculcaron, es un honor que mi sobrino me haya elegido y un gran reto también, pero con la ayuda de Dios todo lo podemos”.
Este grupo de jóvenes son signo de esperanza en este tiempo, en donde quizá las distracciones de un mundo lleno de tecnología, distractores mediáticos los hace quizá dejar a Dios en el último lugar de la lista de prioridades, pero para ello la madre Iglesia es madre y maestra y a través de la confirmación se renueva su camino.